La marca que ha construído Martín Lüttecke (Santiago, 1994) es un reflejo de lo que está sucediendo en el mundo, globalmente y, en particular, en Chile. Sus colecciones de prendas unisex están pensadas en cuerpos fuera de la norma que se sienten cómodos en el universo digital y que usan la moda como “una herramienta de expresión, experimentación y sobre todo, diversión”. En esta ocasión, presenta su nuevo lanzamiento, SS22 Ritmos Nocturnos, una serie de prendas que recorren los momentos previos, de preparación, para una noche de fiesta.
¿Podrías mencionar algún recuerdo de infancia o adolescencia que impactara de forma definitiva en que te dediques, hoy en día, a la moda y explores tu creatividad?
Mi abuela materna fue la primera generación chilena de alemanes inmigrantes que viajaron en bote desde Alemania escapando de la primera guerra mundial. Cuando llegaron, no tenían ni un peso. Mi abuela aprendió a coser y tejer para hacer su propia ropa y, con el paso del tiempo, a sus hijos. De chico me acuerdo pasar horas en su sala de costura donde tenía miles de retazos y botones que guardaba. Con mi hermana jugábamos a que ella era la modelo y yo le hacía vestidos, debo haber tenido cinco años. En esa casa nadie juzgaba a nadie, era puro juego.
La moda se suele ver como algo frívolo, pero siguiendo la famosa frase de Rupaul “nacemos desnudos, el resto es drag”, a través de lo que nos ponemos podemos construir nuestra propia identidad, distinta cada vez. ¿Qué reflexión haces al respecto de esto y de tu trabajo?
La auto-invención es uno de mis procesos favoritos, la idea de desarmar lo heredado y encontrar una identidad propia. La ropa, las uñas, el maquillaje y el pelo son elementos muy poderosos. A pesar de que lo veo con mucho respeto, también creo que lo bueno está en no tomárselo tan en serio, la mayoría de la gente suele definirse mucho, a mi me gusta estar en constante cambio y la ropa es mi aliada en ese proceso.
“LA AUTO-INVENCIÓN ES UNO DE MIS PROCESOS FAVORITOS, LA IDEA DE DESARMAR LO HEREDADO Y ENCONTRAR UNA IDENTIDAD PROPIA”
En el texto de tu nueva colección SS22 Ritmos Nocturnos dices que, de todo el proceso orgánico de creación que parte de un cuerpo masculino queer, surge una nueva silueta. ¿Cómo definirías esta nueva forma, perfil o patrón?
Creo que diseñar para hombres queer de cierta manera es diseñar para mí mismo, son las prendas que yo usaría. La silueta es una mezcla de hiper masculino e hiper femenino, es en ese punto medio en que me siento vivir, y es en ese contraste en dónde encuentro el interés para diseñar Ritmos Nocturnnos.
Las prendas se construyen conceptualmente alrededor del momento de transformación antes de salir a socializar con otras personas y queremos mostrar nuestra mejor versión. ¿Podrías hablarnos un poco más concretamente del proceso creativo y el relato que deriva de ese concepto o momento? ¿De qué forma le otorgas libertad y empoderamiento a una situación que para muchos es quizá tratar de encajar en el molde e integrarse más que liberarse?
Es difícil hablar por otrxs, mis relatos son personales y sobre mis amigxs, y dentro de ese contexto de amistad, siempre el vestuario ha sido un factor principal. El arreglarse, transformarse, sentirse atractivo termina siendo mucho más importante que lo que llegue a pasar una noche. También creo que mi marca nunca ha estado dirigida a los que buscan encajar, siempre se ha tratado de celebrar lo diferente, a las personas que no tienen susto al qué dirán.
“Mi marca nunca ha estado dirigida a los que buscan encajar, siempre se ha tratado de celebrar lo diferente”
En la colección hay un juego de volúmenes, materiales, desnudez y contraste de colores que se acerca un poco a los 2000 y la escena electrónica. ¿Podrías comentarnos los significados o procesos detrás de algunos de esos detalles?
Crecí en los 2000 viendo “The simple life” y a Maddona con Britney dándose un beso en los premios MTV, me encanta ese glamour excéntrico, algo de eso supongo go que emergió en esta colección, pero llevado a un contexto queer que era lo que buscaba proyectar. Partí la colección queriendo hacer algo que provocara ya que me parecía que la moda estaba muy aburrida últimamente. El resultado fue una colección queer popera y decidí enmarcarla en un contexto nocturno ya que justo estaba leyendo el libro de Andrew Holleran “Dancer in the Dance” que narra la movida homosexual de Nueva York a fines de los 70s, post Stonewall.
¿Por dónde crees que pasa (creativamente, tecnológicamente, conceptualmente…) el futuro de la moda tanto en Chile como a nivel global?
Primero que todo tenemos que eliminar los prejuicios, estereotipos y las diferencias de género. Si logramos eso, todo lo que venga va a ser maravilloso.