– De niño mi juego favorito siempre fue dibujar y pintar. Pero además mi papá es coleccionista de cómics, la mamá de la mejor amiga de mi mamá es pintora y mi tío también es pintor. Todos estos factores influyeron a que escogiera el arte como carrera.
Son los 2010 y Lucas Estévez (Madrid, España, 1991), que cursa la enseñanza media en Santiago de Chile, comienza a pintar muros en las calles junto a un amigo. Una actividad que, con el tiempo, empieza a hacerse cada vez más seria y lleva al proto-artista a desarrollar gradualmente un estilo personal, en donde las ‘figuras humanas’ -por las que comienza a hacerse conocido- se van complejizando y sumando detalles. Algo que, sin embargo, provocará que Estévez necesite periodos cada vez más largos de pintado, aumentando con ello las probabilidades de ser multado por los pacos/carabineros/policía por ‘daño o alteración de bienes públicos o privados’.
“Varias veces me quedé con ganas de seguir pintando. Por eso, luego de un tiempo, decidí comprar un canvas y pintar en la casa. De ahí me metí a clases particulares y luego a estudiar Artes Visuales en la universidad. Hubo una transformación en mi estilo en esta última, pero igual conservé de mi tiempo pintando en la calle la predilección por la gran escala, parecido a las murallas, y también el tema de la velocidad, ya que voy traspasando imágenes a la tela a través de plantillas o stencil, con acrílico y brocha, usando vectores y el Illustrator”.
“Voy traspasando imágenes a la tela a través de plantillas o stencil, con acrílico y brocha, usando vectores y el Illustrator”
Pero, ¿cómo se podría describir el trabajo de Lucas?
Según el licenciado en Teoría e Historia del Arte, Diego Maureira, ‘cada obra [de Estévez] prefigura un orden cromático universal a través de atmósferas neutras habitadas por elementos simbólicos desplazados de su contexto original’ (Artishock, 2024). Para la periodista Sofía Aldunate es más bien una provocación para crear ‘una reflexión visual que pueda congelar la mirada en nuestra forma de vida actual’ (Living, 2025). Mientras que para otros se trata de cuadros bonitos con colores vistosos, formas geométricas y uno que otro emoji.
Independientemente de quién se acerque más a la realidad, lo cierto es que la obra de Lucas Estévez responde a una serie de intereses u obsesiones que suelen tener a la tecnología, la comunicación y las redes sociales como temas centrales. Esto como resultado, según el mismo artista, de la masificación del internet que azotó a su generación a principios de siglo.
“Como la gran mayoría a los 12 o 13 años comencé a jugar videojuegos, a descargar cosas en Ares y chatear por Messenger. Yo creo que a mi generación la marcó mucho la llegada del internet estética y culturalmente hablando porque vimos todo el proceso, desde la llegada del disquete, donde cabía un Word con suerte, el fax, el pendrive, el mail y luego el celular. Evolucionó muy rápido toda la tecnología y por ende la comunicación. En ese sentido mi obra integra el lenguaje del internet, los emoticones, los símbolos, los códigos, los comandos, el pop”.
– ¿Piensas que el basarse en tecnologías mundiales o no-localizadas tu obra puede perder vinculación con lo chileno?
– Yo creo que les artistas y sus obras siempre se ven afectados por su contexto político, social y cultural. En mi caso, sí, se podría decir que mi obra tiene eso que quizás no es tan chilena en cuanto a sus temáticas, sino que son más globales y comunes… aunque eso no significa que sea más o menos.
– Pero estos códigos son universales hasta ahí nomás, ¿o no? Porque no sé si un boomer, un millennial y un gen z reaccionen igual a un emoji pintado.
– Claro, la recepción de mi obra difiere entre generaciones. Creo que mi generación es la que más conecta, los millennial, y también la gen z, pero muchos boomers no, en especial los mayores que no comparten ni la estética ni el universo de imágenes de internet, aunque creo que ahora está mucho más integrado que hace unos años.
Es el año 2021 y Lucas recibe una ‘Beca Ventanilla Abierta’ con la cual se muda a Barcelona, España. Allí realiza una residencia y participa de exposiciones y ferias en Madrid, Berlín y Barcelona. Instancias que le permitieron no sólo aprender sobre el mercado internacional y ‘abrir las fronteras de sus obras’, sino también apreciar el circuito chileno contemporáneo.
“A pesar de que allá hay grandes museos, con grandes referentes de la pintura universal y con más posibilidades para los artistas, mi impresión fue que la escena chilena de emergentes jóvenes está mucho más sólida. Tal vez tiene que ver con el hecho de que al existir menos posibilidades la competencia se incrementa. Los artistas están desarrollando pensamientos más innovadores y con resultados más auténticos y propuestas más genuinas”.
“En Chile han comenzado a surgir varios movimientos y eso hace que la escena cultural se haya desarrollado mucho”, continúa Estévez. “Esos cambios no solo se ven en el plano de las artes visuales, sino también en la poesía, la Academia y la música, donde toda la escena urbana chilena se ha vuelto referente mundial. El hecho de que haya cada vez más atención puesta en Chile ayuda a que las personas desarrollen trabajos cada vez más interesantes y diferentes”.
No obstante, a pesar del optimismo, el artista considera que trabajar en el extranjero continúa siendo un plus en Chile, por lo que además de su colaboración con la galería chilena NAC ha comenzado a trabajar con Mahara+Co, galería de arte contemporáneo situada en Miami, Estados Unidos, con la que ya ha realizado dos exposiciones individuales, y un mural -esta vez de manera legal- en un edificio en el sector de Wynwood, Miami.
– ¿Crees que el hacer referencia a la tecnología actual puede provocar que tu obra se pueda volver obsoleta con el tiempo?
– Pienso que uno de los roles del artista es reflejar en su trabajo el paso del tiempo, es decir, nosotros sabemos cómo se vestían la gente en la Edad Media porque alguien los pintó o cómo eran los castillos porque alguien los pintó. Quizás en el año 3000 alguien va a ver mis obras con el símbolo del loading y va a decir ‘así era la tecnología del año 2015’. Pero aún cuando mi obra obedece a esta era del internet mi interés está enfocado en las tendencias, en lo pop, por lo que mi trabajo probablemente se va a adaptar a lo nuevo. La tecnología no es mi enemiga, siempre le doy la bienvenida a nuevos métodos o sistemas que puedan ayudar a expresar mejor mis ideas.
– En ese sentido, ¿cuál es tu relación con la Inteligencia Artificial?
– Yo creo que con la pintura hay menos miedo de que la Inteligencia Artificial nos vaya a reemplazar porque la gracia que tiene es que además de ser una imagen es un objeto, del cual se desprende un sistema manual, una técnica irreplicable. Probablemente debido a la Inteligencia Artificial lo manual va a terminar siendo un tesoro.
“Siempre le doy la bienvenida a nuevos métodos o sistemas que puedan ayudar a expresar mejor mis ideas”
Actualmente Estévez se encuentra trabajando en su tercera exposición individual junto a la galería NAC y se llevará a cabo en septiembre de 2025.
Conoce más de su trabajo en @lucasestevez
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Créditos retratos:



