Artistas y creadores multidisciplinares como Da Vinci, Dalí, Yayoi Kusama y tantos otros, nos han demostrado que no importa tanto el formato o la disciplina artística que elijas para expresar tu creatividad, sino los conceptos, mensajes y temáticas que subyacen en esta expresión y llegan a la audiencia directa o indirectamente.
Del mismo modo opera el cuerpo de trabajo de Fran Finat (Santiago de Chile, 1996), el cual se divide entre proyectos comerciales y personales de moda y fotografía, con los que logra comunicar ideas relacionadas con un “yo” íntimo y onírico. Su trayectoria profesional no es muy larga, pero sí intensa y con un rumbo claro que parte de un gusto personal por el graffiti, por el surrealismo de Dalí y Magritte, y por la fotografía -descubierta debido al registro familiar que llevaba a cabo su madre mientras crecía junto a sus hermanos-, y se desarrolla gracias a varios mentores.
“A parte de mi hermano Alexander, mi primer mentor, quien ya era fotógrafo en matrimonios y me enseñó la base teórica de la iluminación, tengo que mencionar a los mentores de mi época universitaria: la profesora de la facultad de estética de la PUC, Rosita Droguette, quien me enseñó a ver la fotografía desde las experiencias estéticas; y la pareja de fotógrafos Noli Provoste, Jose y Hugo, con quienes hice mi práctica de diseño (donde en verdad no hice absolutamente nada de diseño, lo que fue buenísimo). Ellos me enseñaron también sobre el mundo laboral y creativo de la moda en Chile”.
Los proyectos de Finat nacen de la observación que deriva en la búsqueda de una forma distinta de ver las cosas, y se enlaza con una mirada que él relaciona con la descontextualización, la abstracción y la fragmentación. Con este proceso, pretende hablar de las relaciones con los demás y consigo mismo, del amor, del desamor y de la ternura, a través de objetos que representan conceptos en cada imagen, y con los que espera que quien mire su trabajo, pueda identificarse. “Hay veces que las ideas de las fotos me vienen de inmediato y las realizo, pero otras veces las imágenes habitan mi cabeza durante largo tiempo y llega un momento determinado en el que me siento listo para llevarla a cabo”, nos cuenta Fran acerca de su proceso creativo.
El resultado más reciente que ha obtenido el artista por este camino consiste en imágenes que buscan expresar y mostrar algo mágico, como el caballo blanco iluminado por un foco que protagoniza las escenas más surrealistas del episodio 14 de la temporada 2 de Twin Peaks, según detalla.
“Esta serie (Twin Peaks) tiene miles de detalles, objetos, gestos, luces, elementos que uno como espectador supone que están cargados de significado, y puede que si o puede que no, pero el ejercicio de preguntarse qué es lo que puede significar algo, es lo que me encantó”. Fran puso en práctica este mecanismo ya en su serie Rem (2018), pero actualmente la sigue desarrollando y experimentando.
Este modus operandi es el mismo tanto en sus trabajos de moda, como en “Identidad Corporal” (2016-2018), pero con un resultado ligeramente distinto. Estos proyectos pretenden invitar al espectador a descifrar los cuerpos y a generar nuevas perspectivas y conversaciones sobre quienes los habitan, así como proponer una narrativa lúdica distinta a la moda clásica.
"Nos parece muy importante ver a nuestros clientes como a personas con inquietudes, no solo como a quienes respondemos"
Actualmente, Fran está centrado en la creación de su “marca” como artista y espera poder postular a los fondos estatales que le permitan imprimir un fotolibro colaborativo llamado “2020”, que mostrará el trabajo de 21 profesionales de la fotografía latinoamericanos. “Estoy en un momento en el que confío mucho en mi, estoy haciendo cosas que me gustan mucho, tanto personales como comerciales. Tengo clientes que me han contactado por mi estética, lo cual me pone muy contento. Significa que estoy haciendo las cosas bien”.
