Piel por todas partes es la que exhibe la fotógrafa Sofiya Loriashvili, nacida en Ucrania y que reside en París, sea en soportes impresos o digitales. Registrar imágenes proviene de familia, su abuelo era fotógrafo y sus padres tenían cámaras en casa, que comenzó a llevar consigo de adolescente en las noches de fiesta. “Así que creo que todo comenzó con la vida nocturna”, responde en un perfecto inglés.
Se define como “modelo erótica. Soy un stripper. Desde que empecé siempre he hecho dinero con mi cuerpo, desde que tenía dieciocho años. He trabajado usando mi cuerpo como trabajadora sexual, como modelo erótica y hoy como stripper. Mi cuerpo es mi trabajo”, afirma.
Su cuerpo, entonces, era fotografiado y fotografiaba. La noche, más que un descubrimiento, fue quizá un castigo. Terminó en rehabilitación. En el encierro de la clínica, su madre le llevaba su cámara junto a comida, y comenzó un crudo registro que terminó ampliamente publicado en Vice.
Pero no solamente en las redes sociales o revistas se puede apreciar el trabajo de Sofiya. Tiene su propia web, donde comercializa sus cuatro fotolibros: Bangpussy, My book, My last voyage in this fucking world e ICI ET LA.
Las dos últimas dos publicaciones se conectan con la experiencia ucraniana, país donde pasa uno o dos meses al año. En el primero siguió una serie de conocidos suyos, artistas y gente común, bajo el contexto de guerra, sin renunciar a sus propias obsesiones.
Shara Moroz escribió sobre My last voyage in this fucking world: “El conjunto es hedonista (…). A pesar de este espíritu salvaje, las fotografías tienen una melancolía incorporada, que resalta la brecha irreparable entre el antes y el ahora. Las imágenes de amigos en un cementerio —con el humo oscuro del crematorio envolviendo el horizonte detrás de ellos— resultan inquietantes en el devastador contexto de guerra actual.” En esas fotos esos mismos cuerpos se exhiben también desnudos.
Sofiya Loriashvili cuenta el origen del proyecto: “Mi primer libro fue en el principio de la guerra. Justo antes del principio de la guerra, había pasado muchos meses en Ucrania hanging out con los chicos cool que conocí en Instagram. Terminamos viviendo juntos y fue realmente increíble y divertido. Habiendo documentado todo esto, quería hacer algo, así que pensé en hacer un libro con todas las historias de este momento.”
ICI ET LA es más intenso y experiencial, pese a tener un pie en Francia y otro en Ucrania. El placer parece rodear la vida, sea en los cuerpos desnudos que se entregan al baile o al sexo. En este Sofiya Loriashvili ocupa la técnica de impresión risográfica, que recomienda cuando se trabaja en formato analógico.
Para la artista es clave el soporte impreso, porque en su cuenta @sofiya.loriashvili no puede expresar todo lo que desea. “Como sabemos, todo el mundo usa Instagram, pero en Instagram realmente no puedes publicar tu trabajo sin censura, y no tengo una forma real de mostrarlo. Mi cuenta ha sido banneada muchas veces. Así que estoy tratando de ser muy cuidadosa. Y el libro es el único modo en que puedo hacer mi propia página de Instagram”.
"Mi cuenta ha sido banneada muchas veces. Así que estoy tratando de ser muy cuidadosa. Y el libro es el único modo en que puedo hacer mi propia página de Instagram”
Entre los cuerpos que más hace circular últimamente en sus redes sociales están tanto los de otros modelos como el de ella misma. De hecho, ahora realiza una serie que la incluye: “Empecé mi proyecto sobre muñecas sexuales, en el cual tiendo a fotografiarme a mí misma con esas muñecas. Esto es algo realmente muy nuevo para mí, el ponerme en la imagen”.
Los tatuajes de Sofiya Loriashvili nos recuerdan que, entre las varias muñecas que a veces la rodean, hay humanidad. Aún así se mimetiza entre ellas, asimilándose a su uso incluso acompañada de clientes que sirven también como modelos. Hay un acto subversivo en que la servidora del placer registre con su cámara esa intimidad plástica, lo que contrasta con la repetida fotografía de la exploración sexual masculina pagada.
En sus trabajos anteriores, lo más común es registrar una diversidad de cuerpos, de distintas contexturas, razas y edades. “Yo fotografié a muchos de mis amigos. A veces fotografiar me ayuda a crear nuevas relaciones, es también es una forma, para mí, como persona introvertida, de conocer personas, porque si pudiera elegir, me quedaría sola todo el tiempo. ¿Y qué necesita alguien para que yo lo fotografíe? Nada, creo que nada. Todos son únicos, y eso es lo que me gusta. Así que no tengo ningún criterio”.
“A veces fotografiar me ayuda a crear nuevas relaciones, es también es una forma, para mí, como persona introvertida, de conocer personas”
Desde Instagram se pueden seguir proyectos secundarios, como la inquietante serie de contenedores de basura de París. Este es otro tipo de estructuras, absolutamente desbordadas: “Para mí, son esculturas de calle. Me encanta el color, a veces es muy simétrico y se ve estéticamente muy hermoso. Los contenedores de basura son una especie de retrato de cada calle, de cada ciudad o de un barrio”.
Una de sus últimas series destacadas fue la dedicada a Japón, publicada en Dazed. Respecto a la necesidad de viajar para crear, reflexiona: “Creo que necesito nuevos lugares y en París no me impresiona más. Me he venido a Francia para hacer dinero en un stripclub, y después viajaré. Cuando encuentro nuevas personas, cuando veo nuevos lugares. todo es como: wow, wow, wow, wow”.
Conoce más de su trabajo en @sofiya.loriashvili
