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Tradición árabe y productos de consumo masivo en las imágenes de Mous Lamrabat

Usando los mismos mecanismos de identificación y reconocimiento primigenios del pop art, el fotógrafo Mous Lamrabat (Trougout, Marruecos, 1984), apela a tu sistema límbico, mostrándote primero aquello que llegará de forma instintiva a tu cerebro: logos de marcas mundialmente conocidas. El swoosh de Nike, la M amarilla de McDonalds, el distintivo de Louis Vuitton, el 23 en tela roja de Michael Jordan, una reproducción de “El hijo del hombre” de Magritte, la insignia de Wu-Tang Clan, una máscara de Bob Esponja… Todo ello aparece de forma recurrente en las composiciones entre la moda y el retrato costumbrista de este marroquí afincado en Bélgica desde que se mudó con su familia cuando era pequeño. 

IG @mouslamrabat

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Fotos por ArtsiMous (@artsimous)

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Te mudaste a Bélgica desde Marruecos cuando eras muy pequeño. ¿Tienes algún recuerdo de ese momento y de lo que sentiste en ese momento? ¿Recuerdas alguna otra situación, experiencia, persona, etc., de tu infancia o adolescencia que influyera en que te convirtieras en fotógrafo?

Era demasiado pequeño cuando nos mudamos a Bélgica para recordar algo de ese momento. Mi mamá siempre dice que estaba aprendiendo a caminar durante ese período. Sinceramente, no tenía ni idea de que quería ser cuando era adolescente, tampoco fui muy buen estudiante, estaba más preocupado por pasarlo bien. Y, ahora que lo pienso, esa sigue siendo mi prioridad número uno. Mi madre, mis cinco hermanas y mis tres hermanos son las personas que más me influyeron durante mi adolescencia, las que estaban más presentes, pasábamos mucho tiempo juntos y creo que ahí es donde todos comenzamos a ser más creativos.

Primero estudiaste diseño de interiores y, después, una voz en tu interior interior te hizo cambiar a la fotografía. ¿Fue así? ¿Cómo han influido tus estudios anteriores en tu trabajo actual?

¡Me encantó estudiar diseño de interiores! Pero, sobre todo, me sentí muy cómodo en la academia de arte, era como estar en casa, ese era mi lugar y absorbía todo como una esponja. No sabía nada sobre arte, diseño o arquitectura, pero conseguí seguir el ritmo del resto y desarrollar mi pensamiento artístico y conceptual. La metodología que aprendí allí, es la que todavía uso hoy, así que estoy muy agradecido de haber estudiado diseño de interiores. Además, nunca había visto a mis padres tan orgullosos como en mi graduación. Después de eso, fue difícil para ellos ver como rechazaba algunas ofertas laborales para ser asistente de un fotógrafo local y empezar con eso desde cero, pero al final dijeron «eres un hombre adulto, sabes lo que estás haciendo y lo que es mejor para ti». Y los amo por darme esa libertad.

“La moda se convirtió en una nueva religión, y yo uso los logotipos para llamar la atención del público más rápidamente”

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Foto por ArtsiMous (@artsimous)
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El uso de logotipos, imágenes y productos reconocibles en tus imágenes es una característica constante, como lo hacen los artistas en el Pop Art. ¿De dónde viene eso en tu caso? ¿Cuál es tu relación con las marcas? ¿Alguna vez has tenido algún problema con eso?

Cuando éramos más jóvenes, mis hermanos y yo estábamos obsesionados con las marcas, probablemente porque no podíamos pagarlas. Cuando teníamos unos 16 años, mi hermano y yo bordábamos a mano el logo de Nike en nuestros gorros marroquís. Ahora las marcas están aún más presentes en todo: idolatramos a los diseñadores y a los que son como los profetas de las marcas, los influencers. Todos quieren trabajar en el mundo de la moda porque es cool, la moda se convirtió en una nueva religión, y yo uso los logotipos para llamar la atención del público más rápidamente. Así, trabajo en capas, primero llamo la atención, hago que algo sea estéticamente atractivo y, después incorporo algunos mensajes más profundos. También me gusta usar logos para mezclar la tradición, lo viejo, con lo nuevo, para lograr una estética futurista. Por suerte nunca he tenido ningún problema con las marcas, incluso algunas de las más importantes han llegado a contactarme para felicitarme por mi trabajo. Cuando haces las cosas con buena intención, todo sale bien.

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La mezcla de culturas, referencias e iconografía es lo más destacado de tus fotos. ¿Podrías contarnos un poco más sobre eso? ¿Hay algo que no harías o no mostrarías por respeto a tus orígenes?

Todas las culturas tienen una gran riqueza visual. Si me lo pudiera permitir, me dedicaría a viajar y fotografiar personas de todas las culturas. Me encanta descubrir las historias qué hay detrás de cada cosa que fotografío. Creo que nuestras tradiciones son nuestras raíces, de donde viene nuestra inspiración, y por eso, de su mezcla surge la belleza. Tendemos a separarnos y a ponernos etiquetas… estoy harto de esas etiquetas y de quienes sienten que son mejores que otros, ¡hay que mezclar las cosas, tenemos que acercarnos unos a otros! Puede sonar ingenuo, pero lo digo en serio. Hay imágenes que nunca he compartido porque recibiría muchas críticas y me da miedo, así que a veces lo hago solo para mi, y quizá cuando muera saldrá a la luz… Con mi trabajo trato de luchar contra el racismo e impulsar la convivencia. Hay gente ignorante que se enojará antes de ver el mensaje de cada imagen, y como prefiero evitar esos “dramas”, trato de tener cuidado con lo que muestro y no ser tan provocador, aunque lo hago con las mejores intenciones.

“Tendemos a separarnos y a ponernos etiquetas… ¡hay que mezclar las cosas, tenemos que acercarnos unos a otros!”

Incluso antes del coronavirus tenías tendencia a cubrir la cara de tus modelos. ¿Cuáles son los conceptos y significados detrás de eso? ¿Crees que el virus le dio un nuevo significado a este hecho ahora que tenemos que usar «máscaras» por otras razones?

Suelo cubrir a mis modelos porque quiero que el mensaje de mis imágenes sea más importante que la cara de mis modelos. Quiero ser yo quien decida donde se va a dirigir la mirada del espectador. Además, ponemos etiquetas según la cara que vemos, así que prefiero que cada uno la imagine a su manera y cree su propio personaje.

Cuando mostré mi trabajo en Bélgica por primera vez fue muy curiosa la reacción de la gente: algunos sonreían y decían que mi trabajo era divertido, y otros venían a abrazarme con lágrimas en los ojos diciéndome lo profundo que les había parecido. Me di cuenta de como, al no haber rostro, cada uno se trataba de situar en la imagen y llenarla con sus propias emociones personales. Fue un hermoso descubrimiento. Durante esta cuarentena, mi trabajo ha sido más compartido que nunca, así que quizá es algo con lo que la gente se identifica actualmente.

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¿Cómo es tu vida actualmente durante la cuarentena? ¿Algún proyecto futuro del que quieras hablarnos? ¿Nos recomiendas algo de arte, música, cine, etc.?

Me encanta que Dios nos haya obligado a pasar más tiempo con nosotros mismos. Siempre estamos corriendo de un lado a otro, de un proyecto a otro, nada nos parece suficiente. Así que estoy bien con este encierro, estoy creando, aunque a un ritmo más lento. En mayo y junio iba a estar trabajando en mi primer libro, pero eso se va a retrasar. En verano tenía planeado un viaje a Estados Unidos para llevar a cabo un proyecto que mezclaba el mundo de los cowboys con la cultura árabe, marroquí y musulmana, pero supongo que eso también va a tener que esperar. Lo único que les puedo recomendar es dejarse ir, aburrirse. Dejen que su cerebro divague un poco para conocerse a ustedes mismos un poco mejor, ese es uno de los secretos de la felicidad. Traten de ser más amables y estar más dispuestos a compartir.

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