La música siempre ha tenido la capacidad de mezclar territorios que parecían imposibles de unir. El pop con la electrónica, el jazz con el hip hop, la cumbia con la psicodelia. En esa línea se inscribe Red Bull Symphonic, un formato que va recorriendo el mundo, se trata de un laboratorio donde los géneros más contemporáneos se reescriben bajo la fuerza de una orquesta sinfónica. El resultado es un espectáculo único, irrepetible y, sobre todo, transformador. Para Aristóteles, la música tenía la capacidad de influir en el ánimo de las personas e incluso en sus sentimientos más profundos. Así, la combinación de estos dos géneros abren la posibilidad de que, por medio de una experiencia sonora, se entreteja un puente a la catarsis.
Red Bull Symphonic consiste en tomar la obra de un artista actual (ya sea rap, trap, amapiano o drum’n’bass) y entregarla al trabajo de un arreglista que la reimagina en clásica. Así, los beats se convierten en arreglos de cuerdas, los sintetizadores se expanden en secciones de viento, y las letras suenan sobre la fuerza conjunta de más de 60 músicos en escena. El espectáculo emerge como una colisión de universos, un choque de códigos que abre una nueva forma de escuchar y de disfrutar la música.
En distintas ciudades del mundo, Red Bull Symphonic ya ha dejado huella. Metro Boomin en Los Ángeles, Rick Ross en Estados Unidos con la Orchestra Noir, Camo & Krooked junto al compositor Christian Kolonovits en Austria, o la fusión con el amapiano en Sudáfrica. En cada lugar, el formato se adapta al pulso local y conecta con lo que el público siente más propio. Así, este proyecto busca honrar lo que ya existe en la calle y amplificarlo con toda la fuerza de una orquesta sinfónica.
Este 2025 será el turno de Chile donde esta propuesta musical se personificará con Pablo Chill-E, pionero indiscutido del trap nacional y Gabriel Paillao, director de la Brígida Orquesta.
Desde que irrumpió en la escena a fines de la década pasada, Pablo Chill-E (Santiago, 2000) se convirtió en un referente inmediato. Su estilo directo, su impronta callejera y su capacidad de narrar la realidad desde adentro lo llevaron a convertirse en líder de una generación que vio en el trap una forma de identidad. Con himnos como Facts, Shishigang o Flaite, marcó un punto de no retorno en la música chilena, combinando sonidos estridentes con las narrativas de su barrio.
Con una carrera que ya acumula discos icónicos (Los Gángster También Lloran, El Duende Verde, S.U.N.O.) y colaboraciones con figuras internacionales como Bad Bunny, Duki o Paloma Mami, Pablo Chill-E se ha consolidado como un artista de peso global. De todas formas, aceptar la invitación de Red Bull Symphonic significa dar un salto hacia lo desconocido.
“Aceptar la invitación de Red Bull Symphonic significa dar un salto hacia lo desconocido”
Por eso mismo, es que para que la obra de Pablo pueda plasmarse en clave sinfónica, el rol de Gabriel Paillao resulta fundamental. Compositor, productor y director de orquesta, Paillao ha destacado por su trabajo en proyectos como La Brígida Orquesta y por su capacidad de navegar entre el jazz, la música docta y la experimentación. Hoy asume la responsabilidad de dirigir este espectáculo histórico.
Paillao será quien articule los arreglos, organice el repertorio y logre que la potencia del trap dialogue con la sutileza de una orquesta completa.
El concierto se realizará el 5 de septiembre en el Centro de las Artes 660 Corpartes, con capacidad para alrededor de 800 personas. Será un show exclusivo, pensado como un hito dentro de la historia reciente del trap chileno. Por primera vez, el género que nació en los barrios y conquistó la calle se escuchará en compañía de una orquesta, en un espacio que tradicionalmente ha recibido sólo música clásica.
Adicionalmente, el 6 de septiembre se realizará una transmisión en TV abierta por TVN y una gala de 19:30 a 21:30hrs transmitida por las plataformas digitales de TVN.
La trayectoria de Red Bull Symphonic muestra que cada ciudad imprime su propia marca en el formato. En Chile, será imposible no leerlo como una celebración del legado urbano, y en este caso, en una fusión con carga histórica.



