Cuando hablamos de cuerpos queer, hablamos de cuerpos reales pero también de cuerpos discursivos. Son realidades físicas que se identifican con algo “distinto”, que no tratan de performar un género o una identidad determinada, y que, de ese modo, se instalan en discursos fuera del lenguaje. El efecto de esto tiende a la invisibilización y a la discriminación, lo cual se opone frontalmente a la idea de que la diversidad como un proceso natural, entendido como la libertad de conocernos y construirnos como queramos.
La fotógrafa originaria de Los Ángeles pero con base actual en Nueva York, Melody Melamed (1986) decidió explorar, a través de varios proyectos, estos cuerpos, no desde la otredad, sino como parte de un entorno natural y salvaje al que todos pertenecemos, desprendido de las normas sociales y los códigos de género impuestos. Así, con The Book of Skin: Shangrila, Work in Progress o Autonomous Marrow, entre otros, indaga desde lo más amplio a lo más concreto, sobre el concepto de la euforia de género y sobre formas auténticas de habitar un cuerpo y de amarse, tanto entre las personas como a nosotros mismos. Este fue un viaje profesional pero, sobre todo, personal.
“Siento que no elegí explorar la identidad de género y la sexualidad, sino que estos temas me eligieron a mi. En algún momento de mi proceso como artista, comencé a relacionarme con personas que se identificaban como transgénero y/o no binarias y queer, y supe que sus experiencias tenían algo que enseñarme sobre mí y mi experiencia en este mundo. Había algo en la transformación y renacimiento que estaban experimentando estas personas que tenía algo que ver con mi propia proceso, así que hice caso a esa intuición. Con el tiempo, se fueron expandiendo los proyectos y trabajos sobre el tema, así como mi propia identidad personal. Las personas que aparecen en mis imágenes son tan artísticas como cualquier otra, pero las identidades queer han sido ignoradas e invisibilizadas, mi trabajo está destinado a exponerlos y sacarlos de la oscuridad a la luz”.
“Comencé a relacionarme con personas que se identificaban como transgénero y/o no binarias y queer, y supe que sus experiencias tenían algo que enseñarme sobre mí y mi experiencia en este mundo”
Prácticamente, desde que tiene uso de razón, Melody recuerda aprovechar todas las formas de expresión creativa que estaban a su alcance para plasmar sus ideas de forma visual. En la secundaria conoció la fotografía, una disciplina con la que conectó profundamente y que nunca soltó. Ya en la actualidad, ha logrado construir un cuerpo de trabajo con el que consigue conectar con la gente, conmoverla visualmente de distintas formas y aprender también sobre ella misma. Así nos sucede con The Book of Skin: Shangrila.
“Fotografío la piel y la naturaleza que nos rodea, utilizando dípticos y retratos para imitar la relación entre el cuerpo, la piel, la forma humana y nuestro entorno. Nuestros cuerpos queer imitan y reflejan la perfección de la naturaleza para recordarnos que estamos conectados y venimos de su núcleo; dentro de su euforia en constante evolución, debemos encontrar la nuestra. The Book of Skin ha sido un espejo en el que mirarme mientras vivía mi propio proceso identitario. Con este trabajo he trazado líneas que conectan mi cultura, mi religión, mi familia y en quién me he convertido hoy. Necesitaba tejer esta hermosa historia de la euforia queer para encontrar mi propia validación y propósito. Quería vernos como personas poderosas, válidas y auténticas”.
“The Book of Skin ha sido un espejo en el que mirarme mientras vivía mi propio proceso identitario”
Algo que, de forma externa e indirecta, ha acompañado las historias que cuenta Melody en sus proyectos es la mayor apertura de los medios de comunicación generalistas a mostrar estos cuerpos, quizá en transición, quizá no. ¿Es un mecanismo comercial para atraer más consumidores a las marcas o es un gesto auténtico, un interés genuino por la inclusión real?
Melody comenta que “de momento, el tono de los medios sigue siendo un poco interesado, pero, con el tiempo, el arte puede cambiar la forma de pensar de las personas. Hace siglos que los artistas plasman identidades queer, y en el mundo actual, con las redes sociales y la televisión, estas expresiones son mucho más visibles. Las normas y los estándares de las personas están cambiando, sus miradas están evolucionando y eso tiene mucho que ver con todas las formas de arte. Este cambio crea una apertura en la que los medios se inclinan más a ser inclusivos. Independientemente de si lo hacen de forma interesada o no, creo que la representación es algo positivo para el mundo en general”.
“El tono de los medios sigue siendo un poco interesado, pero, con el tiempo, el arte puede cambiar la forma de pensar de las personas”
Actualmente Melody sigue trabajando en su proyecto The Book of Skin: Shangrila y espera seguir generando imágenes que le permitan conectar con el mundo de una manera auténtica. “Si no puedo decirlo con palabras, puedo hablar con mis imágenes”.