Hay un momento crucial entre la niñez y la adolescencia en el que todo aquello que nos genere un impacto visual, quedará grabado en nuestro imaginario de por vida. Son instancias ficticias (películas, videojuegos…) o reales (viajes, situaciones familiares…) que dejarán huella en cada persona, para bien y para mal. Para Pol-Édouard Flores (París, 1984) esa época de su vida es su fuente inagotable de inspiración.
“En ese momento, a finales de los 80, recibí muchos estímulos visuales: actores musculosos con grandes ametralladoras, robots, personajes de videojuegos, portadas de VHS, pinturas con aerógrafo… Recuerdo ir a España en verano a ver a mi familia y que mis primos, que son un poco mayores que yo, me llevaran a jugar Street Fighter 2 por primera vez. Tengo una sensación especial cuando veo este tipo de imágenes y trato de crear este sentimiento con mis propias herramientas, principalmente rotuladores y serigrafía”.
"A finales de los 80 recibí muchos estímulos visuales"
Antes de eso, cuando Pol-Édouard iba a preescolar, también tuvo la suerte de tener los incentivos suficientes para explorar su propia creatividad. Su primera maestra era hija de un coleccionista de arte que había creado un museo llamado La Fabuloserie y les hacía pintar, modelar arcilla, decolorar ropa y visitar museos constantemente. Quince años más tarde, otro profesor de la escuela de arte y animación, llevó al artista y toda su clase de viaje por Italia visitando las principales obras del Renacimiento, incluyendo la Capilla Sixtina. “Fue alucinante verla en la vida real y aún se me viene a la cabeza de vez en cuando. Desde ese viaje, he seguido aprendiendo todo lo que puedo sobre perspectiva”.
Dejando de lado todo aquello que quedó implantado en el inconsciente de Pol-Édouard (los cyborgs, GI Joe, la cibernética o las artes marciales –que no es poco–), uno de los recursos formales que destacan de sus obras es, sin duda, el color. La combinación de todas la tonalidades se convierte, en sí, en una forma de vehicular un mensaje visual, de agregar significado y expresividad a los personajes. Este hecho es fortuito, pero también un gusto personal.
“Los colores saturados surgen al tratar de crear la mayor cantidad de colores posible usando las pantallas mínimas para imprimir con serigrafía. Mezclo tres colores y termino con siete: azul y amarillo para obtener verde, rosa y amarillo para obtener rojo, azul y rosa para obtener púrpura. El séptimo color es una mezcla de los tres: un marrón. En serigrafía trabajo con Tristan (@frenchfourch) para que podamos agregar color neón y hacerlos más potentes. Creo que combinan perfectamente con mis dibujos. Trato de crear una expresión visual de como sería la mente de un niño en los 80s y 90s”.
“No dibujo con un mensaje claro en mente, sino más bien con una idea de composición y de cómo voy a articular los cuerpos en ese espacio”
Lo que conmueve y mueve a Pol-Édouard a crear está claro, pero, ¿qué hay detrás de todo eso? Una necesidad natural de dejarse llevar ante el lienzo el blanco. “No dibujo con un mensaje claro en mente, sino más bien con una idea de composición y de cómo voy a articular los cuerpos en ese espacio. Los complementos, el decorado, los colores y la historia van apareciendo poco a poco cuando esbozo en mi cuadernito. Siento que realmente estoy creando en ese momento. Después de eso, es más como renderizar, pero la idea también puede evolucionar. Por ejemplo, la mujer musculosa que sostiene la cabeza cortada de un hombre se convirtió en un autorretrato en el último minuto. Si creo que genera más impacto, lo dibujo”.
Quizá el mensaje real sea que no debemos abandonar a ese niño pre-adolescente a quien todo impresiona, y debemos estar más expectantes ante los hechos fortuitos que la vida nos va presentando, a agarrarlos con ganas y no con la desazón y soberbia de la adultez, como si ya lo supiéramos todo. De hecho, Pol-Édouard sigue sorprendiéndose y está impresionado ante la capacidad creativa de la Inteligencia Artificial. “Puedes crear docenas de imágenes detalladas y precisas solo con una oración simple y en dos minutos. Le dices a una máquina ‘píntame 50 lienzos de una mujer cyborg sexy con una chaqueta de cuero como lo hubiera hecho Peter-Paul Rubens’ y, en unos pocos minutos, vuelves y eliges el que mejor haya quedado. Y esto pasa también con la impresión 3D y la escultura”.
Este año, el artista empezará a trabajar con las personas internadas en un centro psiquiátrico donde él mismo estuvo en 2016, para ayudarles a hacer su estancia más fácil a través del dibujo. Le puedes seguir en su instagram @pol_edouard.