En un ánimo de volver a las sensaciones, Matías Monárdez (Santiago, 1989) utiliza la carpintería y la cercanía a los materiales para construir mobiliario que permita repensar la cotidianidad de manera pausada: los muebles como un espacio para imbricarse en un ritmo diferente y más contemplativo.
Inspirado por su padre, Monárdez siempre fue cercano a este oficio. Cuenta que su padre era mueblista: “Para mí fue un poco natural crecer en el taller; estaba acostumbrado a tomar las herramientas desde chico y jugar a hacer cosas de madera”, comenta. Luego de eso, decidió estudiar Diseño Industrial, donde experimentó muchísimo con la técnica del renderizado y las impresiones 3D. Finalmente, terminó su carrera y partió trabajando en una oficina de ingeniería, donde diseñaba equipamiento para minería, sobre todo estructuras de gran tamaño en acero y otros materiales industriales.
Monárdez cuenta que entró ingenuo al rubro, arrastrado por la idea de que “la industria minera es el sueldo de Chile”. Sin embargo, con el pasar de los años, se dio cuenta de que, en cada proyecto en el que de alguna manera estaba involucrado, la contaminación de la naturaleza y la destrucción de comunidades y especies eran inherentes a estos procesos. Así, a modo de escape, hizo un retorno al oficio: la carpintería.
“Volví a la madera. Saqué herramientas viejas de mi papá y empecé a probar distintas cosas. Mi primera marca fue Noom: hacía tablas de cruiser y longboard con maderas nativas. Después tuve un taller compartido con Bayron Inostroza (Ail Manufacture / Color Support), donde cada vez quería pasar más tiempo en el taller y menos en la oficina, hasta que renuncié”, comenta.
El artista comenta que una de sus principales fuentes de inspiración ha sido la naturaleza. Le gusta la contemplación y el poder observar con claridad la dicotomía presente en ella: el caos y la paz constantes. “Cuando miras una montaña, ves al mismo tiempo la fuerza y la calma; o el gesto de un árbol caído en el bosque, que se mantiene estable en el piso pero da la sensación de que cualquier pequeño empujón lo haría rodar cuesta abajo.” En paralelo a la naturaleza, Monárdez ve reflejadas estas mismas lógicas en los trabajos de algunos de sus referentes, como el ceramista Shozo Michikawa y los diseñadores George Nakashima y Gerrit Rietveld.
Luego del “despertar”, tras alejarse de la industria de la minería, Monárdez decidió dejar Santiago junto a su pareja y trasladarse a Limache, en la región de Valparaíso. Tomaron esta decisión durante la pandemia y se fueron para allá con lo que tenían. Encontraron una cabaña donde él estableció su taller y comenzaron un huerto. Disfrutando de la luz de la zona, se fueron introduciendo, poco a poco, en la vida local y en las dinámicas de la ciudad.
El artista afirma que irse de Santiago ha sido parte fundamental de su proceso creativo durante los últimos años, y que es en el jardín donde pasa gran parte de su día, observando y cuidando las plantas. “En el patio, cuidando las plantas, es donde más me imagino los muebles. Veo piedras, plantas, y me voy imaginando formas. Ahora que nació nuestra hija, obviamente saqué mi taller de la casa y me moví a otro lado.”
“En el patio, cuidando las plantas, es donde más me imagino los muebles. Veo piedras, plantas, y me voy imaginando formas”
“Lo más importante era mostrar un trabajo bien honesto, acorde a la vida que estamos optando por vivir. La decisión de dejar Santiago también viene de la mano con buscar una vida más lenta y alejarse un poco del consumo y del caos capitalino. También centrarme más en el objeto en sí que en la fantasía que se crea en torno a un producto”.
La obra de Monárdez, busca salir de lo pasajero, de la norma imperante en tiempos de aceleración, y en cambio opta por un diseño a baja escala y con materiales crudos y locales.
“Al utilizar elementos a la vista y de carácter artesanal nos hace valorar mucho más lo que tenemos y en vez de tener muchas cosas que roban nuestra atención podemos tener menos cosas pero que nos den espacio a la reflexión de hacia dónde vamos realmente”.
“en vez de tener muchas cosas que roban nuestra atención podemos tener menos cosas pero que nos den espacio a la reflexión”
Sus muebles son una invitación a la contemplación diaria del espacio que nos rodea. Se alejan del lujo y se acercan, más bien, al minimalismo, una postura que conecta con su estilo musical. Monárdez, musicalmente, viene desde el black y el raw metal, una escena que destaca por su escasa producción y por la ausencia de adornos. Se genera una atmósfera que se aleja de lo comercial para habitar, más bien, una pausa. Este mismo entendimiento lo lleva a sus procesos constructivos.
“El volver a asignar el valor ritual de las cosas nos ayuda a disfrutar nuestro cotidiano. No creo que sea lo mismo comprarse un café para postearlo en Instagram que prepararse un café en una taza que le compraste a un diseñador o a un artesano. El cariño que depositamos en nuestros objetos cotidianos es la clave para un buen vivir”.
“El cariño que depositamos en nuestros objetos cotidianos es la clave para un buen vivir”
“A lo largo del tiempo he ido aprendiendo cómo leer los árboles y los materiales, para dejarlos dialogar entre sí, interviniendo lo menos posible. Tal cual pasa en la naturaleza”.
Desde el respeto a los materiales, Matías evita crear produciendo sobrantes o retazos, por lo que opta por simplificar las formas y comunicar más bien con trazos rectos, que den a entender que todos los materiales provienen de seres vivos.
Finalmente, Matías también está trazando un nuevo camino de forma paralela. Se trata de Cræft, “nombre con el símbolo æ porque explica la raíz antigua del ‘craft’ o el oficio, donde, además de la técnica y habilidad manual, se requiere un trabajo en buscar el porqué de las cosas, en entender los ciclos naturales y cómo nosotros pertenecemos al entorno”. Para un futuro, quiere desarrollar objetos en serie y con un precio accesible, buscando materiales como el pino en espacios alejados de las forestales y en la materia prima que utilizan los artesanos locales.
Puedes seguir más de su trabajo en @matiasmonardez.studio



