Nicolas Di Filippo y Sebastián Fuks se conocieron en la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires, pero lo que les unió definitivamente fue una inquietud por abrir fronteras más allá de lo académico, encontrar un lugar propio de expresión y experimentar con distintas disciplinas, desde la música, hasta la pintura, la escultura o la escritura. De esa visión compartida y colaborativa, nació el estudio Los Caballos.
“Decidimos abrir nuestro propio estudio sin filtros ni intermediarios, desde nuestra perspectiva. Queríamos lograr una impronta personal en los proyectos y poder relacionarnos directamente con los clientes. El nombre del estudio surgió de una manera muy intuitiva, sincera y desde el juego, como abordamos cualquier proyecto”.
Desde entonces y con la empatía como bandera, han evolucionado y añadido capas de significado tanto a sus proyectos propios como a los pedidos de sus clientes, sin cerrarse a ningún estímulo dentro de su práctica artística. Es por eso que, entre sus mentoras se encuentran la pintora y docente argentina Diana Aisenberg, quien les enseñó el valor de trabajar desde la pregunta, y la instructora de meditación trascendental, Sonia Steed, que les ayudó a transformar la meditación en un hábito que usan para mantener la calma y la conciencia en la toma de decisiones, tanto personales como del estudio.
"Los diseños no están ‘bien’ o ‘mal’, sino que todo puede funcionar en el contexto adecuado"
Es así como mantienen un nivel elevado de curiosidad por su entorno y siguen explorando, desde el aprendizaje, la inocencia, la irreverencia y la capacidad de sorprenderse, su tarea como diseñadores y a sí mismos como personas, lo cual les lleva a crear una identidad y un lenguaje visual propios. “Los diseños no están ‘bien’ o ‘mal’, sino que todo puede funcionar en el contexto adecuado. Eso resulta en diseños más eclécticos y nos libera de atarnos a una estética”.
El valor de tratar al cliente con empatía es algo que se desprende del discurso de Nicolás y Sebastián, y también de sus trabajos. Se percibe el respeto mutuo que buscan al trabajar para otros, así como la entrega y el tiempo que dedican a todo lo que hacen y les parezca un desafío interesnate. “Nos parece muy importante ver a nuestros clientes como a personas con inquietudes, no solo como a quienes respondemos. Por eso le damos mucho valor a la conversación, a la reunión, a compartir un café. Es vital recordar esto para que sea un proceso disfrutable y nutritivo para todxs. Nos gusta contagiar con motivación y ganas de hacer a lxs integrantes de cada proyecto”.
"Nos parece muy importante ver a nuestros clientes como a personas con inquietudes, no solo como a quienes respondemos"
Es parte de este proceso no quedarse ensimismados con lo que diseñan y refrescar la mirada antes de volver al estudio, mediante la meditación o dando un paseo por Buenos Aires mientras toman fotos. Una vez finalizado el trabajo, lo ven funcionando en su espacio y lo re-evalúan. “En el cierre de cada proyecto nos importa mucho poder apreciar los diseños en el contexto para el que fueron creados, seguir analizando el diseño una vez finalizado el proyecto. De esa manera podemos ver cómo mejorar nuestra práctica para futuros proyectos”.
Desde que empezó la pandemia y debido a una mayor virtualidad, han podido expandir sus horizontes hacia lo internacional, y actualmente trabajan en proyectos de branding 360º, es decir, para distintos soportes y cumpliendo distintas funciones. “Un desafío que trajo la pandemia para el estudio fue la de pensar a las marcas y su comportamiento de manera completamente digital sin perder la cualidad analógica del estudio. Si bien la pandemia potenció las experiencias digitales, no queríamos perder la cualidad del trabajo manual”.
Un buen ejemplo de esto es su trabajo más reciente, para el artista Juan Ingaramo, para el que usaron como referente los afiches callejeros rotos tan visualmente tradicionales de Buenos Aires. “Para generar eso imprimimos varias puestas tipográficas y fotos del artista y las pegamos superpuestas. Luego las despegamos rompiendolas intencionalmente generando nuevas imagenes. Ese proceso generó un lenguaje y un sistema de piezas unidas por el tratamiento analógico”.
Los pueden seguir en @_los_caballos.