El fotógrafo transgénero e historiador Jordan Reznick (Los Angeles, 1980) tuvo su primer contacto con la fotografía a los diez años, cuando su papá le enseñó a usar una cámara análoga. Ese encuentro le llevó, años más tarde, a estudiar la historia de la fotografía y a interesarse por cómo esta disciplina ha sido una herramienta fundamental en la lucha contra la opresión, ha construido comunidades y ha forjado realidades alternativas. “Me encanta la fotografía artística, pero cuando trabajo, siempre estoy pensando en la liberación”.
Recientemente, ha dado término a su proyecto fotográfico más personal y relevante hasta ahora, la serie Gallery of Illustrious Queers. Desde 2016, Jordan se dedicó a fotografiar a la comunidad transgénero desde dentro para lograr representar historias desde una perspectiva transfeminista. Amigues y amantes son les protagonistas de las imágenes de este proyecto, formado por retratos a gran escala de personas transgénero en contextos cotidianos.
“Comencé a hacer el proyecto en un momento en que parecía haber más y más personas trans en la cultura popular todos los días, pero, sin embargo, las narrativas que se contaban sobre las personas trans seguían cayendo en tropos familiares. Los medios están obsesionados con las cirugías, los cuerpos trans y el antes-después de la transición médica. Están preocupados por las personas trans blancas y delgadas que se ‘hacen pasar’ por hombre o mujer y se ajustan a los ideales convencionales de belleza”.
“Esa versión de la identidad trans es, en realidad, bastante dañina para la comunidad trans porque, por un lado, hace que las personas trans internalicen estándares de belleza poco realistas que solo hacen que sea mucho más difícil sentirse cómodo con su cuerpo y, por otro lado, significa que la mayoría de las personas trans siguen siendo irreconocibles como personas merecedoras de los derechos humanos y la decencia básica […]. Quería mostrar a las personas reales que conozco, que viven sus vidas en oposición a los ideales de los medios. Éste es un momento de auge, pero no gracias a los medios de comunicación, sino a pesar de ellos. Me encanta ver prosperar a las personas trans. Quería celebrar a las personas increíbles que me rodean y que son mis modelos a seguir”.
“Los medios están obsesionados con las cirugías, los cuerpos trans y el antes-después de la transición médica. Están preocupados por las personas trans blancas y delgadas que se ‘hacen pasar’ por hombre o mujer y se ajustan a los ideales convencionales de belleza”
Debido al hecho que la transición de cada persona está determinada por la raza, la capacidad y el tamaño corporal, cada imagen de esta “galería” muestra a personas transgénero indígenas, negras, POC, discapacitadas y con cuerpos no-normativos que encarnan su propio sentido de fortaleza y exteriorizan actitudes, sentimientos y procesos que el mismo Jordan tuvo que vivir. Todo ello hace que su trabajo esté ligado a su experiencia de forma muy íntima.
“Sobreviví a mi transición mirando a las personas trans a mi alrededor y sabiendo que había algún tipo de futuro para mí y que podía lograrlo. En muchos sentidos, estas fotografías son para otras personas que están pasando por eso. Son un mensaje de que hay más ‘weirdos’ hermosos y salvajes, y que los amamos y los queremos vivos”.
El título del proyecto hace referencia a la «Galería de estadounidenses ilustres» de Mathew Brady (1850), que retrató a hombres blancos “importantes” de la época con la idea de definir al «estadounidense» y diferenciarlo del europeo. Jordan hace una analogía con el proyecto de Brady y el suyo: “Creo que la política trans encarna los ideales de libertad y democracia de una manera que los colonos blancos en las fotografías de Brady no lo hicieron. Esa gente simbolizaba los ideales del ‘mundo libre’ democratizado, pero en realidad lo defendían todo menos eso. Creo que las personas trans de color, discapacitadas, o indígenas tienen algo que enseñarnos sobre cómo es realmente la libertad”.
Muchas veces la representación de comunidades históricamente invisibilizadas por la sociedad buscan dar a conocer demandas de derechos e igualdad. Sin embargo, Jordan no toma fotografías para que la gente que se define como heterosexual acepte a las personas queer. “Mis fotografías son imágenes trans-para-trans hechas con una mirada trans-sobre-trans. Hay algo en las imágenes que las personas trans pueden percibir de inmediato: esta no es la forma en que las personas heterosexuales nos ven, es como nosotros nos vemos”.
“Estas fotografías […] son un mensaje de que hay más ‘weirdos’ hermosos y salvajes, y que los amamos y los queremos vivos”
A pesar de la fortaleza que se desprende de los retratos de Jordan, estar frente a una cámara deja al modelo en una posición contradictoria de vulnerabilidad y valentía, al estar dispuesto a exponerse. La confianza depositada en el fotógrafo es algo que él mismo comprende y valora, por eso las sesiones, que suelen durar un día o dos -hasta que se logra el nivel adecuado de intimidad-, se basan en el respeto mutuo y en relaciones cercanas con cada persona que posa. “La gente necesita confiar en mí y yo necesito confiar en ellos porque estas fotografías van a estar circulando durante años”.
Esta confianza se logra a través de una conexión que supera el lente, pero también existe un contrato en papel que establece la entrega de un porcentaje de los beneficios que el artista obtenga a los protagonistas así como la posibilidad de cambiar de opinión si es que el modelo quiere retirar sus fotos del proyecto.
“Esta no es la forma en que las personas heterosexuales nos ven. Es como nosotros nos vemos”
Actualmente, Jordan trabaja en un proyecto llamado «Scenes of Settlement», un análisis de las diversas formas en que la fotografía ha enmarcado el paisaje estadounidense a través del punto de vista de los colonos, el cual le permite esquivar temporalmente la pandemia.“Como se trata principalmente de fotografía de paisajes, no tengo que preocuparme por fotografiar personas durante el covid”.