Así como a medida que superamos etapas vitales enfrentamos los conflictos, situaciones o experiencias de forma distinta, y podríamos decir que vamos “madurando”, los artistas plasman esa evolución en sus obras. Dejando de lado posibles encargos, la conexión existente entre las emociones de una persona que se dedica a plasmarlas en un lienzo, pieza, pantalla o cualquier soporte o material que permita una expresión artística, y aquello que crea, es mucho más directa y determinante.
Esto es lo que ha guiado, por lo menos, los notorios cambios estéticos y estilísticos de Lulu Lin (Taipei, Taiwán, 1992), aka Dig a hole, quien en 2018 dibujaba cuerpos femeninos redondeados influenciada por Matisse y Alex Katz, en 2019 exploraba la introspección a través de dibujos de caras en blanco y negro con mucha textura, y hoy en día parece haber encontrado su zona de confort en los colores vivos y las figuras y caras deformadas (a veces aparentemente sufrientes) de personajes similares al robot de Metrópolis.
“Al principio, me fascinaban los movimientos y las expresiones corporales, ignorando intencionalmente las caras y las expresiones faciales. Al echar la mirada hacia atrás, me doy cuenta de que esto se debía a que mis emociones no siempre se alineaban con mis acciones, lo que hacía difícil concentrarme en ambos aspectos simultáneamente”.
“En 2018, abandoné mis estudios en la Academia de Diseño de Eindhoven y comencé mi programa de maestría en la Escuela de Diseño de Kolding en Dinamarca. Ese mismo año, experimenté la pérdida de mi abuela, quien era extremadamente cercana a mí. También terminé algunas relaciones y lidié con varios asuntos familiares, lo que me dejó con una mezcla de sentimientos indefinidos. Esto me llevó a querer explorar y entender mis emociones más profundamente, lo que me impulsó a buscar nuevos métodos de creación. Con el tiempo, descubrí que podía expresar esos sentimientos a través de mi estilo actual de dibujo. A veces solo me doy cuenta de lo que estoy experimentando después de terminar de colorear, o puede salir a la luz a través de comentarios de otros. Este proceso continuo de exploración y reflexión ha sido crucial para mi desarrollo artístico”.
“A veces solo me doy cuenta de lo que estoy experimentando después de terminar de colorear, o puede salir a la luz a través de comentarios de otros. Este proceso continuo de exploración y reflexión ha sido crucial para mi desarrollo artístico”
Este proceso de “arteterapia”, una disciplina ampliamente extendida como forma de comprenderse a uno/a mismo/a, viene de su infancia, cuando pasaba mucho tiempo sola y dibujaba solo como una actividad que le reportaba placer. “Era una niña tranquila y creo que mis dibujos expresaban más de lo que mis palabras jamás podrían. En la escuela, dibujar no solo me proporcionaba una salida creativa, sino que también me ayudó a hacer amigos y a conectarme con los demás”, recuerda.
Y esto no ha cambiado mucho. Lulu sigue usando el dibujo y la ilustración como una vía de escape pero también de expresión, como una forma terapéutica de dar salida al probable tormento interno, aquellas cosas que son difíciles de comprender y que, en su caso, salen en forma de cuerpos y facciones gruesas, distorsionadas y con cierta conciencia de su transitoriedad.
“Dibujo cuando me siento confundida acerca de lo que estoy sintiendo o cuando tengo ganas de desahogar mis emociones. Normalmente trabajo en mi iPad, comenzando con un contorno simple y nítido (la base de mi visión). A partir de ahí, las sombras y los colores fluyen de manera natural, llegando como desean, agregando profundidad e intensidad al boceto inicial. Cada capa se convierte en una expresión espontánea, permitiendo que la obra de arte evolucione de forma orgánica”.
“Para mí, el proceso creativo actúa como una salida terapéutica, permitiéndome un diálogo con mi interior. Mis ilustraciones son un medio de auto-comunicación, algo que captura las emociones esquivas y confusas que existen en la realidad. Aunque no me concentro intencionalmente en emociones específicas, cualquier tema recurrente probablemente refleje experiencias personales que estoy atravesando. Prefiero no dictar cómo los espectadores deberían sentirse acerca de mi trabajo; lo veo como un diario abierto y auténtico que revela mis pensamientos”.
“Dibujo cuando me siento confundida acerca de lo que estoy sintiendo o cuando tengo ganas de desahogar mis emociones”
“La complejidad política de Taiwán estimula a los artistas a explorar temas de identidad, pertenencia y resiliencia, enriqueciendo aún más nuestra imaginación y perspectiva”
A pesar de que el imaginario que surge de estas emociones pueda resultarnos familiar por el simple vínculo humano y la experiencia compartida, hay algo que nos es ajeno, algo que proviene de Oriente y es fascinante para aquellas personas que no lo hemos pisado. Suele ocurrir que, al mirar la obra de artistas asiáticos, nos sorprendemos con estéticas o ideas que no habíamos visto antes o, al menos, no de esa forma tan prolífica.
“Crecí en Taiwán, una sociedad que valora la narración, la tradición y la mezcla de influencias antiguas y nuevas, lo cual ha moldeado enormemente mi perspectiva y creatividad. El énfasis en la educación y la autodisciplina, prevalente en muchas culturas asiáticas, fomenta una fuerte ética de trabajo y un deseo de superar los límites creativos. Además, la complejidad política de Taiwán estimula a los artistas a explorar temas de identidad, pertenencia y resiliencia, enriqueciendo aún más nuestra imaginación y perspectiva. En la era digital, nuestra interconexión nos permite compartir el trabajo a nivel global, presentando nuestras interpretaciones e influencias únicas a una audiencia más amplia. Esto crea un intercambio de ideas que puede tanto inspirar como sorprender a Occidente, y viceversa”.
Actualmente, Lulu está colaborando con un estudio local de diseño de calzado, Chenjingkaioffice, aplicando sus ilustraciones a modelos 3D que en un futuro serán suelas de zapatos y otros accesorios. Además, está trabajando en varias piezas de cerámica para su exposición individual en Tokio este septiembre y, a la vez, trabajando en un libro, preparándose para el Tokyo Art Market en octubre, a parte de varios encargos activos. “En cuanto a los próximos años, aún no tengo planes específicos, pero estoy abierta a invitaciones y trabajos por encargo que puedan surgir”.
Puedes seguir su trabajo en su cuenta de Instagram @da__h_
