Nos adentramos en Tarogramma, un universo que no sabemos si corresponde al futuro o al pasado de nuestra civilización, o si coexiste de forma paralela en otro lugar de una galaxia lejana. Hay elementos en él que nos resultan familiares, sus habitantes podrían ser nuestros amigos, nuestra familia, pero a la vez, no. Hay algo extraño que hace que la realidad se difumine y se entrelace con la ficción y desafíe nuestras percepciones para reflexionar sobre nuestra propia existencia, cuestionarla y reimaginarla.
Este lugar lo ha creado el artista multidisciplinar Damien Cifelli (Edinburgh, Escocia, 1991), cuya vida ha estado marcada por viajes y experiencias en diversos países, lo cual le ha permitido generar un imaginario y cosmos únicos que fusionan lo familiar con lo desconocido.
“La acumulación de una densa cultura visual de estos entornos contrastantes es mi mayor inspiración. Eso puede incluir música, arte, deporte, arquitectura, literatura; cualquier cosa puede detonar una idea. Pinto porque encuentro que es el método más intuitivo e inmediato para expresar una idea. Veo mi trabajo como una especie de traducción, tomo todos estos inputs tan dispares, los convierto en mi propio estilo y mundo, y los pongo en un lienzo”.
“Dice mucho sobre los humanos el hecho de que hayamos estado creando mundos alternativos desde que existimos”
Pero Cifelli no es el primero ni el único que tiene tendencia a ese “escapismo” que nos hace imaginar que, en algún espacio-tiempo distinto al nuestro, tiene que haber algo más. Forma parte de nuestra naturaleza: «Creo que dice mucho sobre los humanos el hecho de que hayamos estado creando mundos alternativos desde que existimos, ya sea como una forma de escapar de nuestra realidad o de pensar en nuevas formas de vivir«, reflexiona Cifelli.
Estos mundos, al ser generados por nuestra imaginación, tienen ciertos límites: los nuestros. Aquello que no hemos ni siquiera visto o que no podemos imaginar, que no es posibls de medir según nuestras dimensiones, puede resultar incomprensible. Por eso, se podría decir que Tarogramma es un espejo que refleja nuestra sociedad desde una perspectiva alternativa.
«Al crear un mundo alternativo, estás reflejando el existente», explica el artista. La diferencia viene después de ese juego de reflejos, como un escapismo narrativo en el que la gente puede perderse y pasar tiempo explorando.: «Aunque el mundo que he creado es visualmente similar a nuestro entorno, culturalmente es muy diferente. Es un simulacro de nuestro mundo que, al reflejarnos, nos pregunta: ‘¿y si nos hubiéramos desarrollado bajo condiciones diferentes?'».
La elección de Cifelli de plasmar Tarogramma principalmente mediante medios tradicionales como la pintura y la escultura no es casual. «El arte digital está demasiado alejado, y creo que se pierde esa sensación inquietante. Es demasiado fácil creer que una imagen digital es ‘falsa’. Me interesan las zonas grises entre la verdad y la ficción, que creo se prestan mejor a los objetos físicos; si puedes tocar los objetos, la historia que estoy contando se siente mucho más real«, afirma. Esta decisión añade una capa de tangibilidad a este universo, difuminando aún más las líneas entre lo real y lo imaginario.
“Es un lugar sin dominancia étnica, cultural ni de género. Es una sociedad donde la excentricidad y el carácter distintivo de las personas prevalecen sobre otros atributos superficiales”
Los habitantes de Tarogramma son también un enigma fascinante. A primera vista, pueden parecer similares a nosotros, pero Cifelli advierte: «No podemos asumir que piensan y actúan como nosotros. Es la diferencia entre reconocimiento y cognición: el proceso de ‘no comprender'». Esta sociedad imaginaria desafía nuestras nociones preconcebidas, presentando «un lugar sin dominancia étnica, cultural ni de género. Es una sociedad donde la excentricidad y el carácter distintivo de las personas prevalecen sobre otros atributos superficiales».
El proceso creativo de Cifelli es tan intrigante como el mundo que ha creado, es un ir y venir a cuestionamientos. «El trabajo es un proceso de creación y exploración. Estoy descubriendo elementos del mundo mientras lo creo. Así que, hasta cierto punto, soy tan ignorante como el espectador. Tengo bastantes escritos sobre el lugar, pero rara vez los publico; son más un detonante para mis obras. Creo que es más interesante plantear preguntas que dar respuestas, y permitir que el espectador saque conclusiones sobre la obra», confiesa, lo cual añade un elemento de descubrimiento continuo a su obra, tanto para él como para quien lo mira.
“Es más interesante plantear preguntas que dar respuestas, y permitir que el espectador saque conclusiones sobre la obra”
Mirando hacia el futuro, Cifelli se adentra en nuevos territorios conceptuales y nos anticipa una evolución de su exploración artística. «Me interesan las cronologías y los archivos; cómo recopilamos información y quién está a cargo de hacerlo, ¿qué historias podemos contar simplemente con la disposición de imágenes?».
Puedes revisar su trabajo en @damien_cifelli