Del odio al amor hay solo un paso; si no, que le pregunten al fotógrafo Sebastián Gallego (Londres, Inglaterra). El artista, basado en Londres, tuvo sus primeros acercamientos con la fotografía fingiendo sonrisas para las fotos que tomaba su padre durante sus viajes familiares. En ese entonces, su pasión eran los libros y los dibujos. ¿Cómo fue entonces que, de un momento a otro, dejó de lado el sueño de ser arquitecto para comenzar a fotografiar para GQ, Nike o Louis Vuitton?
Todo partió como una mera casualidad, cuando, en un trabajo universitario, tuvo que retratar a sus amigos, y los resultados lo inspiraron a seguir un arte que desconocía y que no veía con buenos ojos. Así fue pavimentando su propio camino, buscando inspiración en las escenas cotidianas y las cosas que tenía a mano.
Su primera cámara fue una Olympus point and shoot, y los experimentos iniciales fueron sencillos, sin ningún tipo de conocimiento sobre luz o composición. Todo cambió con la llegada de lo digital. “Cuando tuve la oportunidad de practicar con una cámara digital, los ensayos y errores vinieron de poder ver y corregir los resultados al instante. Aunque la verdadera emoción en ese tiempo era ir al laboratorio y esperar las fotos”.
El cambio de paradigma vino de repente, cuando Gallego descubrió uno de los componentes más importantes de su arte: la colaboración. Moverse con amigos artistas, descubrir las vibraciones de las diferentes urbes del mundo y sus primeros acercamientos con el mundo de la moda cautivaron al londinense, quien encontró su pasión en el trabajo conjunto.
«Mi entorno siempre ha jugado un papel importante en mi fotografía. Mi ojo fotográfico básicamente captura la energía que siento, así que para mí es muy importante estar constantemente inmerso en diferentes lugares y hablar con tantas personas diferentes como pueda. Mantenerme en un ambiente fresco me mantiene inspirado».
“Mi entorno siempre ha jugado un papel importante en mi fotografía. Mi ojo fotográfico básicamente captura la energía que siento, así que para mí es muy importante estar constantemente inmerso en diferentes lugares"
El impulso definitivo llegó nuevamente en la universidad, cuando las fotos que estudiaba en su carrera de moda lo motivaron a crear proyectos propios. Fotógrafos de la talla de Corinne Day, Juergen Teller, Glen Luchford y Mario Sorrenti sirvieron de inspiración para que Gallego encontrara su estilo propio entre editoriales, retratos íntimos e instantáneas en la calle.
Los contrastes son protagonistas de las postales de Gallego. Las luces de la ciudad se ven a la distancia, sus grandes edificios y centros comerciales se alzan a lo lejos, mientras que Sebastián pone lo importante en un primer plano: el barrio y sus personajes. Capuchas, hoodies, zapatillas son protagonistas de cada uno de sus trabajos, todo vestido por los dueños de las calles de Londres. Un recordatorio constante de que la moda también habita lejos de las alfombras rojas y los flashes.
Su admiración por la calle y las tendencias hizo que enfocarse en el streetwear se sintiera como el camino natural. Es ahí donde nace el encanto y sello personal de Sebastián Gallego: situar las últimas tendencias donde deben estar: en escenarios naturales y cotidianos. Una cancha de baloncesto, las luces de un pasillo en el metro, azoteas y ascensores son solo algunas de las postales que se pueden ver en el trabajo del artista.
“Las calles se convirtieron en mi escenario. Comencé a observar más a los fotógrafos callejeros, cómo manipulaban la luz natural, sus composiciones, y traté de aplicar más técnica a mis fotos. Siento que esto define mi trabajo de moda, y viceversa. Quiero aplicar esa belleza que veo en una imagen de moda, ya sea en los colores o en la forma en que los elementos pueden colocarse cuidadosamente, a mis imágenes de streetwear o documentales. Me gustaría decir que mis imágenes son un equilibrio entre lo limpio y calculado, pero también lo crudo y natural”.
“Las calles se convirtieron en mi escenario. Comencé a observar más a los fotógrafos callejeros, cómo manipulaban la luz natural, sus composiciones, y traté de aplicar más técnica a mis fotos”
Lo desconocido y la falta de experiencia se mostraron como un obstáculo; fue un proceso duro, pero que le abrió la mente a nuevas oportunidades. “El mundo de la moda se sentía difícil de entrar en ese entonces. No tenía acceso a las cosas que sentía que necesitaba en ese momento, no tenía mucha formación técnica ni sabía cómo trabajar en un estudio”.
Los años no pasan en vano y la experiencia se va sumando poco a poco. Así lo reconoce el artista, quien ahora se siente cómodo trabajando en el estudio y también directamente en la calle, un proceso que ha estado lleno de altibajos. “He aprendido que no necesitas todas las herramientas; te adaptas a lo que tienes, sacas el mejor provecho de ello y construyes tu camino desde ahí. A veces, las limitaciones son lo que ayuda a crear un estilo personal”.
“He aprendido que no necesitas todas las herramientas; te adaptas a lo que tienes, sacas el mejor provecho de ello y construyes tu camino desde ahí. A veces, las limitaciones son lo que ayuda a crear un estilo personal”
¿Qué se viene para el futuro del fotógrafo? De momento, una reconexión con sus orígenes latinos, ya que Gallego está trabajando desde el año pasado en una serie de imágenes que exploran los recuerdos difusos de su niñez. En esta, recorre diferentes barrios de Bogotá, ciudad donde vivió parte de su infancia.
“El proyecto comenzó como una reconexión con viejos recuerdos de cuando era niño, observando la cultura que me hizo ser quien soy. En el Reino Unido casi no hay latinos, así que me gustaría aprovechar esa oportunidad para destacar y ser alguien que pueda poner el foco en Latinoamérica de manera creativa”.
Sigue más de su trabajo en @sebxx



