El año pasado, cansada y aburrida de la monotonía de sus días trabajando entre mesas de cafés y bares, Javiera Alfaro (Arica, 1994) solo tenía una idea en la cabeza: quería dedicarse a la confección de ropa. De la mano de su amiga Cata Guaico (dueña del estudio Guaico Studio), aprendió lo esencial para crear diseños con tela y agujas y, a partir de ese momento, puso en marcha un proyecto de vida, su marca de ropa Plastic Toy.
Este fue el inicio de una aventura rodeada de textiles poco convencionales y performances alrededor del diseño de moda. Con Plastic Toy, Javiera quiso dar vida a prendas muy personales, donde lo extraño y lo “feo” se mezclan en los patrones, estampados y telas.
Este interés por la moda es una herencia familiar: su abuelo era sastre y le transmitió esta pasión a su hija (la madre de Javiera), quien se convirtió en un referente para ella al momento de encontrar su propio camino como diseñadora. “Mi mamá es muy exigente y arriesgada con su estilo, nunca compró ropa en el mall y eso, ahora que lo veo, es muy bacan y auténtico. También se hace su ropa y tiene muy buen gusto, es un gran referente para mi; si bien no siempre compartimos las mismas visiones estéticas, desde chica me motivó a que tuviera mis propias opiniones”.
La creación de Plastic Toy como marca o concepto bajo el cual expresarse, significó para Javiera la posibilidad de idear prendas que no encontraba en las tiendas o en otros proyectos independientes. Así es como pudo materializar su perspectiva de la moda y su estética particular y narrativa textil basadas en un imaginario alejado del retail.
“Me gustan los estampados saturados de información con una paleta interesante, como un ruido que se pierde. En eso entra el concepto de la tela fea y el desafío de crear algo estupendo con eso. Además, uso telas con estampados más orgánicos que equilibran lo plástico de mi ropa. Me gusta también el upcycling con telas vintage para crear productos nuevos, me gusta el brillo y la calidad de las telas viejas”.
“Me gusta el upcycling con telas vintage para crear productos nuevos, me gusta el brillo y la calidad de las telas viejas”
Su propuesta estética es arriesgada y se basa en destellos de underground y una forma muy concreta de presentar sus prendas. Esto siempre proviene de su visión única, pero se apoya en las ideas de sus amigos, quienes le ayudan a conceptualizar visualmente la marca e incluso participan en las sesiones de fotos, de forma que podemos imaginar claramente como lucirán las colecciones en cuerpos reales como los nuestros.
En cuanto al proceso de creación, confección, ensamblaje y combinación de telas, éste surge de una extensa experimentación guiada por su gusto personal. “No es llegar y combinar un montón de colores y texturas, hay algo de proporciones que no sabría explicar bien cómo funciona, yo le llamo intuición; o me gusta o no me gusta. Hay combinaciones impredecibles que funcionan bien, interactúan bien dentro de algo extraño, o incómodo y se genera una la tensión positiva entre ellos”.
“Hay combinaciones impredecibles que funcionan bien, interactúan bien dentro de algo extraño, o incómodo y se genera una la tensión positiva entre ellos”
De esta forma, en Plastic Toy se opone a la norma para encontrar un cruce de conceptos único y personal lejos de la producción masiva. Esto se basa en una esencia explorativa y de descubrimiento a través de la tela y tiene su origen en la idea de la confección a medida de cada persona, personalidad y cuerpo, sean cuales sean sus características. Plastic Toy es más afín al sentir, a expresar por fuera lo que hay por dentro, a hacer un statement sobre la persona que viste sus prendas.
En mayo de este año Javiera participó, con Plastic Toy, en un desfile de moda como directora creativa. El evento se llevó a cabo en Casa Rota. “Nunca había organizado nada antes y creo que superó mis expectativas, terminé cansadisima, pero disfruté de todo el proceso y me encantaría hacer más. Estos desfiles suponen mucho dinero y energía, pero se obtienen ganancias no materiales, lo cual es muy difícil de valorar”.
En los próximos años Javiera espera que Plastic Toy crezca, quiere armar un equipo fijo de trabajo y obtener más recursos para financiar sus colecciones o, incluso, una tienda física. También quiere explorar nuevos soportes y formatos sin limitarse a la moda. “Confío mucho en mi mal gusto y lo honesto y vulnerable que puede tener una propuesta estética por sobre lo estupendo que puede verse para afuera”.
Puedes revisar su trabajo completo en @plastic.toy.y