A mediados de los años 90 en Chile, el colectivo de música Euphoria se hizo conocido por organizar fiestas electrónicas masivas en las calles de Santiago, conocidas con el nombre de open raves. DJs nacionales e internacionales se tomaban temporalmente algunas avenidas de la capital y convocaban a miles de personas que bailaban sin parar durante horas al ritmo de los beats.
En medio de toda esa masa bailante también estaba el fotógrafo chileno Javier Godoy (Santiago, 1965), quien documentó esta escena electrónica, motivado por ser hijo de un fotógrafo y haber crecido entre cámaras y el cuarto oscuro, pero principalmente por su interés en el fenómeno sociocultural que significaba. Luego de varias décadas, esas fotografías se han hecho públicas a través del fotolibro “Euforia: Cuando Santiago era una fiesta”.
“La cámara me acompaña siempre, y más en esos tiempos: registrar lo que sucedía en mi entorno era vital. Siempre fui curioso de los fenómenos socioculturales, con especial predilección por la noche, la fiesta y la gente divirtiéndose, quizá por haber crecido en un país tan oscuro y normado. Sacar la fiesta a la calle en un país sin carnaval me resultaba y resulta muy atractivo, así que llevé mis cámaras a cuanta fiesta o club iba, desde el 96 en adelante”.
“Siempre fui curioso de los fenómenos socioculturales, con especial predilección por la noche, la fiesta y la gente divirtiéndose, quizá por haber crecido en un país tan oscuro y normado”
Las raves callejeras se desarrollaban en un momento de la historia de Chile conocido como la postdictadura, por eso en ellas se juntaban jóvenes que habían vivido parte de su vida en dictadura y otras personas que no tenían esa “carga”. La fiesta y la música, el baile, les unió a todos.
“Las raves callejeras eran un encuentro democrático, una mezcla de clases sociales que no se da hoy en espacios gratuitos. La clase política y la generación que nos precedía nos había mandado pa’ la casa y ocupaba los espacios de poder, después venía esta nueva generación con otros intereses, más desprejuiciada, menos comprometida en lo político. Esa válvula un tanto frívola me gustó y me dejé llevar por el pulso de la música”.
La sociedad chilena estaba y está muy segregada y no ofrece muchas oportunidades de encontrarse en los espacios públicos. “Estas fiestas permitían ese encuentro; ver a amigos metaleros y hippies junto a gente de la periferia vacilando del punchi punchi fue algo hermoso”, comenta Javier.
“Las raves callejeras eran un encuentro democrático, una mezcla de clases sociales que no se da hoy. [...] Esa válvula un tanto frívola me gustó y me dejé llevar por el pulso de la música”
Las fotografías que hizo Godoy, descansaron durante años en su archivo personal, hasta que en una conversación con el diseñador Pablo Castro, deciden publicarlas a través del fotolibro “Euforia: Cuando Santiago era una fiesta”, un documento visual muy importante en la historia de la música electrónica en Chile.
“No tenía mayor conciencia de este archivo, ahora con más tiempo y menos ansiedad por registrar todo, he podido revisar y escanear muchas fotos que en su momento solo atesoré. Es como si las estuviese haciendo en ese momento, al verlas, ya que de muchas ni me acuerdo, es un ejercicio muy interesante y apasionante. Lo que se está fotografiando es la memoria de una época y, con el tiempo, toma una relevancia insospechada”.
En la actualidad Javier Godoy se encuentra trabajando en el diseño de un fotolibro dedicado al fútbol, el cual vincula las nociones de territorio, ritual y costumbrismo.