Volver la mirada a las piedras supone una vuelta al origen, a lo primordial, a lo que ha permanecido desde antes que la sociedad se convirtiera en lo que hoy conocemos. La piedra – o roca para los geólogos – puede representar una diversidad de símbolos y tener distintas funciones, tales como ser un objeto esencial en la construcción de una ciudad, así como también reflejar la dureza de lo eterno y lo inmutable.
Para el compositor, productor y escritor chileno, Nicolás Jaar (Nueva York, 1990), la piedra significó un motor e inspiración para crear el universo detrás de su álbum más reciente “Archivos de Radio Piedras” (2024): un mosaico narrativo y sonoro dividido en 17 capítulos de una radioficción que comenzó a circular, de manera libre, en agosto de 2022 a través de su canal de Telegram, y que lo traerá nuevamente a Chile los próximos 16 y 17 de mayo, en medio de una gira internacional en la que también pasará por México, Argentina y España.
“En 2019, mi amigo Camilo Salinas me invitó a tocar una canción en la conmemoración de los diez años del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Esa canción se llamó ‘Piedras’ y, de alguna manera, comenzó todo ahí, pero los textos fueron escritos entre 2020 y 2023”.
El trabajo sucesor de los discos “Telas” y “Cenizas”, ambos de 2020, fue creado de manera híbrida y colaborativa, mutando y tomando forma en distintos soportes. El track “Piedras” cambió de nombre y fue transmitido en una primera instancia junto a otras canciones en Radio Alhara (ubicada en Belén, Palestina) en mayo de 2021. Además, fue parte de una acción colectiva en Valparaíso junto a los porteños de Pésimo Servicio, el proyecto editorial Mercvria –fundado por Antonia Taulis, también responsable del imaginario visual del álbum– y la productora La Fuente.
“Fue un proceso orgánico narrativamente ligado a la improvisación, y creo que por eso me interesó utilizar Telegram como formato”
“Todo cambió cuando le leí a mis amigos un texto que había escrito y que corresponde a los tres primeros capítulos de ‘Archivos de Radio Piedras’. En ese momento sentí ‘okey, esto es algo que me gustaría musicalizar’ y ahí empecé a ver que todo se conectaba».
«Fue un proceso orgánico narrativamente ligado a la improvisación, y creo que por eso me interesó utilizar Telegram como formato, era una manera de mandar esos audios que contaban una historia en evolución”.
Lo que no esperaba el músico era que los capítulos de “Archivos de Radio Piedras” fueran acompañados por la interacción de los más de 1.800 suscriptores del canal, armando una pequeña comunidad que escuchó, reflexionó y compartió transcripciones del material. “Fue muy loco, nunca me habría imaginado que tanta gente que no hablaba español iba a entender lo que significa, que se iban a crear estas transcripciones y que finalmente, chilenos tradujeran algunas cosas que yo digo en chileno a la gente que no lo entendía. Sentí que se podía profundizar todo y eso me inspiró a seguir escribiendo, seguir haciendo conexiones un poco más, no sé, raras”.
Esta obra de radioteatro musicalizada por Jaar está ambientada en un Chile futuro que se encuentra en un apagón digital orquestado por el colectivo anarquista (en la ficción) “Las 0cho”, lo que obliga a la población a utilizar tecnologías antiguas como las radios para comunicarse. En la serie, Ere y Zeta son los presentadores que conducen un programa dedicado a honrar la vida de su amigo Salinas Hasbún (nombre que homenajea a las abuelas del músico, Graciela Salinas y Miriam Hasbún), quien desapareció misteriosamente en 2022. Esta ausencia deja un legado de obras musicales y teatrales que son recordadas por los locutores, en medio de interferencias, voces distorsionadas y comunicados reivindicativos.
¿Por qué llevar toda esta historia a una radioficción? ¿Qué tiene de importante la radio para Nicolás Jaar? Su relación con este artefacto proviene de la infancia. Cuando llegó a Nueva York a los nueve años, su padre, el artista visual Alfredo Jaar, le compró una radio chiquitita de color verde, “¿qué había en esta nueva vida? Escucha. Y empecé a escuchar música en la radio”, comenta el artista. Una de las cosas que descubrió Jaar fue el rap y hip hop: Nas, Notorious B.I.G. y Jay-Z lo deslumbraron y lograron remover sus ideas para que, más adelante, se convirtiera en productor.
“Aluciné con ese mundo de sonidos que no conocía. Desde entonces, la radio para mí ha sido un instrumento de nuevos mundos sonoros, un instrumento de escucha”
“Nunca había escuchado música así en mi vida, la radio era un instrumento de descubrimiento de un mundo, de otro mundo. El hip hop es, de alguna manera, música electrónica, o la música electrónica es hip hop, están relacionados. Me volví loco, me obsesioné con esa música. Aluciné con ese mundo de sonidos que no conocía. Desde entonces, la radio para mí ha sido un instrumento de nuevos mundos sonoros, un instrumento de escucha”.
Una de las primeras obras de Jaar como músico y productor fue “Little stone”, una composición que creó a los 17 años y en la que, por primera vez, utilizó su voz, con la que intentó emular un acento británico que al día de hoy le avergüenza. La creación fue reseñada por el blog canadiense Said the Gramophone. En uno de sus versos decía: “little stone in my heart, get away from me”.
Esas pequeñas entidades minerales permanecieron en el universo creativo de Jaar, reapareciendo en esta obra a partir de diversas situaciones y escenarios que lo llevaron a ver, en las piedras, un objeto de revelación, como quien descubre el destino de un pueblo en ellas. Tras el encargo para el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el músico revisó entre sus proyectos la canción “Piedras”, que había empezado a componer al sentir que tenía algo que decir, pero con la que se sentía atorado. Por eso, uno de los versos de la canción dice “Ayúdame, ayúdame / A que no se quede ahí”.
“Es muy raro, porque cuando pienso en esa canción, pienso en varias imágenes, como los palestinos que les tiran piedras a los militares israelíes que están ahí, con todas las armas. Y también pienso en todo lo que estaba pasando en 2019 y 2020 en Plaza Dignidad, con todas esas personas pegándole a la calle para sacar piedras, para sacar la calle, para tirar la calle. Esas dos imágenes tan fuertes que había visto ese año en Palestina y en Chile, empezaron a resonar entre sí, con el símbolo de la piedra como instrumento contra la opresión estatal, en diferentes contextos”.
“Esas dos imágenes tan fuertes que había visto ese año en Palestina y en Chile, empezaron a resonar entre sí, con el símbolo de la piedra como instrumento contra la opresión estatal, en diferentes contextos”
Otra de las significaciones que le atribuyó el músico al objeto es la solidez que representa. “Cuando pensaba en eso que está atorado, pensaba en cómo no quiero vivir en lo sólido, quiero poder vivir en una concepción que fluye, no solamente de mí mismo, sino que también de esta vida. Quería sacar esta solidez de dentro de mí”.
Para ambientar el tránsito de esta piedra y de las diferentes capas del relato de “Archivos de Radio Piedras”, Jaar armó una banda sonora específica para esta narrativa: desde artefactos sonoros hasta canciones bailables, sin la urgencia de que los tracks funcionasen fuera de ella o le representaran.
“Me preguntaba, ¿funciona este sonido para este momento en la narrativa o no? Eso me ayudó a entender que se podía crear un contexto ficticio para esa música, que no tiene que ser lo que yo, como Nicolás, estoy sacando al mundo. No. Escribí un cuento, y esta es la música del cuento. Para mí, eso ha sido súper lindo, el contextualizar la música desde otro lugar”.
Si quieres empaparte del ecosistema musical y narrativo creado por Nicolás Jaar, puedes revisar las fechas de sus próximas presentaciones y comprar entradas aquí. “Estamos viviendo tiempos tan difíciles, tan oscuros, que he sentido que, en los próximos años, me gustaría ir de gira y tocar música que dé felicidad, porque está mala la cosa”.