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“Por unos caballos”: Ñuble al estilo western por Tomás Alzamora

Entre las grandes montañas de Ñuble, ya desde muy pequeño, el cineasta y productor Tomás Alzamora (San Carlos, Chile, 1989) jugaba con su hermano mayor, creando sus primeros guiones de historias y narrativas en un cassette, haciendo segundas voces e imaginando personajes. Más adelante, comenzó a fascinarse por el mundo del rap en San Carlos, una vez construido el primer parque de skate de la zona. 

Rápidamente, Alzamora empezó a tejer sus primeras composiciones de forma aficionada, junto con amigos y referentes. A los 12 años, grabé, produje y escribí mi primer disco, y me metí al mundo de la música. De ahí seguí, no paré, hasta que hice como 6 discos”. Fue por el camino de la música que Tomás llegó al cine; nos comenta que nunca fue cinéfilo, que más bien le interesaba poder construir una parte visual que acompañara sus canciones, por ejemplo, a través de videoclips. Esto se volvió cada vez más formal hasta que tomó la decisión de estudiar comunicación audiovisual con mención en cine, entendiéndolo como un epicentro que aglomeraba por completo sus intereses.

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Así es que comenzó a crear sus primeros proyectos, siempre inspirado en ciertos tintes de su infancia, su pueblo natal, el campo y la casa de su madre, llena de objetos característicos: «Su casa era maravillosa, con un orden propio, flores, libros de arte, las esculturas de mi tío abuelo, antigüedades, colecciones de cucharas, un montón de objetos y cosas que estaban cargadas de historia, todas puestas en su lugar. Creo que también hay algo en la estética, en la forma, en la visualidad, que mi madre nos traspasó inconscientemente«.

Desde la sensibilidad de lo cotidiano es que Tomás enhebra sus historias, curioseando de forma cercana aquello que le rodea. Nos cuenta que es muy preguntón y que le encanta pausar y prestar escucha una vez llega a un lugar: “Mis referentes no están tanto en el arte o el cine, sino en la vida misma. Me gusta viajar, meterme en lugares, conocer gente y preguntarles todo: por qué, cómo piensan, por qué pasó esto. Trato de no juzgar, y es ahí donde empiezo a escuchar historias, más cerca de lo que creemos. Siempre ando preguntando, leyendo, investigando y mirando las noticias; la realidad es mi máximo referente».

“Mis referentes no están tanto en el arte o el cine, sino en la vida misma. Me gusta viajar, meterme en lugares, conocer gente y preguntarles todo"

dentrándonos en su último cortometraje, “Por unos caballos”, nos encontramos con un cortometraje al estilo western ambientado en la Cordillera de los Andes. En esta historia, dos arrieros se topan con un extraño objeto caído del cielo en medio del campo. Mientras uno de ellos teme por su procedencia y las posibles consecuencias, el otro se muestra interesado en su rápida comercialización. Entre el humor chileno y diálogos ingeniosos, la narrativa se entrelaza con el paisaje característico de las montañas secas y nevadas de la región de Ñuble. El cortometraje está protagonizado por Daniel Antivilo y Héctor Aguilar, y es producido por Equeco, la productora de Alzamora.

“Leí la noticia de que cayó un globo estratosférico de Google en el campo y me hizo reír. Pensé: ‘Si lo encuentra Don Luchito y lo ve tirado en medio del campo, ¿qué pensará?’. Ahí mi cabeza comenzó a imaginar y a generar ideas”.

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Lo que hace especial a “Por unos caballos” es la forma en que plantea cómo la tecnología puede llegar a intervenir en la calma de un espacio, en la cotidianidad, especialmente en las áreas rurales. Y lo hace desde la belleza local planteada por el lente de Alzamora: “Este cortometraje busca estilizar mi región, embellecer el cine. Para mí, es una obra muy bella, muy bien filmada. Eso era lo que quería lograr: hacer algo verdaderamente hermoso en mi región, mostrar Ñuble, mis montañas, nuestros paisajes, como nunca antes se habían visto, con mucha luz y color».

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“Eso era lo que quería lograr: hacer algo verdaderamente hermoso en mi región, mostrar Ñuble, mis montañas, nuestros paisajes, como nunca antes se habían visto, con mucha luz y color”

El cortometraje tiene una especial conexión autobiográfica con San Fabián de Alico, donde creció Tomás. La música de estilo western está compuesta por Martín Schlotfeld, destacando instrumentos como el tambor y la trompeta. Tomás nos cuenta que la música aquí no busca sorprender al espectador, sino enfatizar las tensiones y emociones ya presentes en la historia. 

Así, Tomás no sólo ha activado la escena local de Ñuble en sus películas, sino también trabajando de forma situada y bajo la colaboración. Hace 6 años decidió fundar el Festival de Cine de Ñuble junto a Pablo Calisto, con el sueño de tener un lugar en el que poder mirar cine chileno, independiente y cercano a los locales.

El Festival de Cine nació por una necesidad en mi territorio. Cuando hice mi primera película, La Mentirita Blanca, no había muchos lugares para exhibirla. Al distribuirla, conocimos a varios colegas, directores y actrices que también enfrentaban la misma dificultad para mostrar sus trabajos”.

Tomás parte de forma autogestionada: Empezamos cuatro personas con una pantalla inflable, itinerante en siete comunas, fueron siete días y siete ciudades. Íbamos con una pantalla inflable mostrando películas chilenas. ¿Por qué chilenas? Porque había que empezar por casa”. Así nos cuenta que el festival rápidamente cobró vida, llevando a las personas de la zona a poder ver cine chileno. El cineasta nos comenta que quiere que el festival no sea solo algo itinerante, de una vez al año, sino que tenga una permanencia a lo largo del tiempo, pues en la zona solo existen cines comerciales.

Alzamora nos comparte la pasión e importancia que le da a visionar de forma colectiva un filme, entendiendo que el acceso a la cultura es un derecho:Eso es lo que más me llena el corazón: ver a la gente accediendo a algo que es su derecho, como ver cine chileno, consumir arte y cultura. Creo que la cultura es un alimento para el alma, la mente, la vida y las emociones. A través del cine, también nos impulsamos a construir mejores sociedades. En una hora y media, te pones en los zapatos de otra persona, de otra realidad; empatizas, te abstraes de tus propios problemas, te emocionas, sufres, reflexionas”.

“En una hora y media, te pones en los zapatos de otra persona, de otra realidad; empatizas, te abstraes de tus propios problemas, te emocionas, sufres, reflexionas”

Finalmente, Tomás nos cuenta de sus proyectos a futuro. Para el director, su cortometraje “Por unos caballos” es sumamente especial, pues se estrenó justo antes de su segundo largometraje “Denominación de origen”, que llegará a la gran pantalla este 24 de abril de 2025. Se trata de una comedia creada en San Carlos premiado en el Festival Internacional de Cine de Valdivia y en el Festival de Cine Chileno.

En paralelo, el director trabaja en la edición de un documental de comedia para Perú y en la escritura de su tercer largometraje, un musical romántico. 

Te dejamos invitado a seguir su trabajo en @tomas.alzamora y a ver el cortometraje disponible de forma gratuita en Onda Media aquí.

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