Cumplimos 18 años. Un hito para nuestra historia. El hecho de contar los años es un ritual para nosotros los humanos, que trae consigo la difícil tarea de reflexionar sobre el tiempo. Las cifras son importantes dependiendo de quien las cuenta. El primer año de nacido o el primer año de luto, los quince de una joven, los veinticinco de un matrimonio y así, cuantos ejemplos más.
El sábado 10 de mayo nos tocó celebrar, junto a amigos, colaboradores y la comunidad que hemos formado, las dieciocho primaveras de JOIA. Y no podemos pensar en otra cosa que en “la mayoría de edad” o la madurez. ¿Hemos alcanzado la madurez? Sin duda, hemos adquirido experiencia. Los cuestionamientos, las conversaciones y los anhelos no son los mismos de antes, o quizás sí, pero hoy los miramos desde otro lugar. Nos nutrimos de lo nuevo, lo condimentamos con nuestro método y creamos algo renovado, que al final del día observamos con orgullo.
Decidimos juntarnos a compartir y a festejar estos años en un espacio que parecía construido para este momento; una fábrica vieja, amplia, con historia en medio de Quinta Normal. Un lugar con grietas que dejaron pasar el aire y las memorias de la trayectoria de JOIA, de su camino impreso, de su gente y de sus logros como medio. Nos gustó la idea de celebrar en un lugar así, porque se sentía como una extensión natural de lo que somos: un espacio en constante transformación.
Esa noche nos acompañaron con sus ritmos algunos de quienes han sido parte del camino. Lizz, STLT, YEY JAY, OSCURITO DJ, SINAKA, Pablito Pesadilla y Gianluca. Algunos con nosotros desde siempre, otros que llegaron en los últimos años pero que se sienten familia. La música que nos ha acompañado a lo largo de casi dos décadas no podía faltar. Así, en medio de todo, Pablo Chill-E, ícono del trap chileno, se subió al escenario y cantó de sorpresa como dándole un “feliz cumpleaños 18” a JOIA.
En un ambiente bañado en luces rojas, humo y cuerpos en movimiento, la noche se vivió con un aire de nostalgia que se combinó con agradecimiento y con ganas de seguir creando. Hubo arcade y pizza, porque crecer no significa dejar de jugar. Así, podías pasar de la pista al rincón de las máquinas y tomarte un respiro jugando Mortal Kombat o Pac-Man, como si el descanso también fuera parte de la fiesta.
Tras estos 18 años, seguimos siendo los mismos, disfrutamos del olor de la tinta y de la búsqueda constante de nuevas formas de expresión. Hemos madurado, pero seguimos siendo tan curiosos como un niño. Nos gusta lo que hacemos, tanto o más que el primer día. Sin duda, estos 18 años han estado llenos de cariño, de historia y de comunidad.
Gracias por estar aquí estos dieciocho años.
Feliz aniversario JOIA.
