La vida del multifacético Julien Boudet (Sète, Francia, 1985) ha dado varios giros, y cada uno de ellos le ha llevado a emprender y a explorar nuevos caminos. El primero de ellos fue cuando se mudó a vivir a Nueva York, en 2008, convencido de que nunca tendría “un trabajo de oficina”. “Crecer en Sète, rodeado por el Mar Mediterráneo, fue muy divertido, pero se volvió aburrido cuando me gradué de la universidad; no encontraba trabajo y no tenía nada que hacer, sentí que estaba perdiendo el tiempo y no estaba motivado ni inspirado por nada. Lo que necesitaba en mi vida era la ciudad de Nueva York y su energía”.
Esa energía le hizo perder el miedo a explorar su creatividad, primero a través del hip-hop, el graffiti, el breakdance y la moda, y después, mediante la fotografía. “Me obsesioné con la fotografía, supe que se convertiría en una parte importante de mi vida”.
El siguiente giro fue inesperado: una bala perdida de un tiroteo en el paseo marítimo de Brighton Beach que le llegó a Julien mientras paseaba con su novia. Una chica de 16 años murió a su lado, él tuvo más suerte porque el proyectil no afectó ninguno de sus órganos vitales. “Por cursi que suene, eso me hizo pensar que nada dura para siempre y que tenía que seguir persiguiendo mis sueños y arriesgarme”, comenta acerca de esa experiencia traumática. Poco después fue aceptado y becado por la famosa Escuela de Diseño Parsons, donde estudió dos años, antes de abandonar una vez obtenido su visado de artista. Este fue el inicio de Bleu Mode, la marca y el proyecto personal fotográfico de Julien Boudet.
“VENGO DE UNA CIUDAD DONDE NO HAY ROPA DE DISEÑO, NI TIENDAS DE LUJO, SOLO TIENDAS DEPORTIVAS QUE VENDEN LACOSTE, NIKE, ADIDAS O SERGIO TACCHINI; LOS ARTÍCULOS Y MARCAS DE LUJO COMO LOUIS VUITTON, ARMANI O GUCCI SUELEN SER IMITACIONES. ESE ES EL MOTIVO DE MI ADICCIÓN A ESAS MARCAS”
A pesar de desempeñarse como fotógrafo, su estilo, una mezcla entre marcas de diseño y ropa deportiva, empezó a llamar la atención en los eventos y semanas de la moda, para terminar, él mismo, convirtiéndose en un ícono reconocido por sus pares dentro de la industria. ¿Por qué llegó a destacar?
“Vengo de una ciudad donde no hay ropa de diseño, ni tiendas de lujo, solo tiendas deportivas que venden Lacoste, Nike, Adidas o Sergio Tacchini; los artículos y marcas de lujo como Louis Vuitton, Armani o Gucci suelen ser imitaciones. Ese es el motivo de mi adicción a esas marcas. De ese período en el que nos importaba mucho la forma en que nos vestíamos, sin saber nada de moda, viene mi estilo, una mezcla entre ropa deportiva y ropa de diseñador, entre accesorios de lujo y zapatillas”.
Ahora Julien lleva, sin reparos, esas marcas que nunca se pudo permitir antes, y las combina con zapatillas Nike y buzos Lacoste, algo que aún le retrotrae a su Francia natal, a las orillas del Mediterráneo. Además, el fotógrafo es un personaje también conocido por llevar siempre un aro en forma de cruz colgando en su oreja derecha. “Mucha gente pensó que me había inspirado en George Michael, pero no es así. Llevo este aro por una gran cruz que hay en una colina de mi ciudad, y porque, cuando era pequeño, era súper moderno y rudo llevar un aro con una cruz, pero mi mamá no quería que me perforara la oreja. Es un homenaje a mi ciudad natal, un lugar muy especial para mí, además ambos lados de mi familia, por dos o tres generaciones, son de Sète”.
El último y más reciente giro en la carrera y en la vida de Julien es TOUT EST BLEU, una exposición de piezas escultóricas e instalaciones que estrenó en la Stems Gallery, en Bélgica, el pasado enero. “Esta exposición es una extensión de mi universo, el mundo Bleu Mode que he creado. No estaba seguro de tener el valor de mostrar esa parte de mi trabajo a la gente, pero Pascaline, la directora de Stems, me animó a hacerlo. Sentía que la fotografía no me permitía transmitir correctamente mi mensaje, y eso me llevó a pensar en nuevas formas de expresarme, como la escultura y las instalaciones, estoy muy contento con el resultado y los comentarios recibidos. Esta es una nueva dirección que voy a seguir de ahora en adelante”.
“Sentía que la fotografía no me permitía transmitir correctamente mi mensaje, y eso me llevó a pensar en nuevas formas de expresarme, como la escultura y las instalaciones”
Julien augura que el futuro de las artes visuales, la moda y la fotografía pasa por un aumento de la digitalización de todos sus procesos, pero defiende que para lucrarse con ello hay que tener, además, muchas otras habilidades, “no todo el mundo puede ganarse la vida con ello”. Actualmente, está aprovechando la pandemia para ralentizar sus proyectos comerciales y trabajar más en sus proyectos personales, como las piezas que mostrará, muy pronto, en Art Dubai junto a la Stems Gallery.