El lente sensible del fotógrafo Andrés Ríos (Bogotá, 1995) nos transporta a las calles de Colombia y a escenas familiares llenas de afecto. Andrés empezó a sacar fotos mientras trabajaba, visitando domicilios en bicicleta como repartidor; de forma aficionada, pero siempre con los ojos bien abiertos a lo que sucedía a su alrededor. La fotografía rápidamente se convirtió en una fiel acompañante de sus viajes cotidianos por la ciudad.
“Estaba todo el tiempo en la calle y veía cosas que me parecían interesantes; mi reacción a eso fue fotografiarlas. Una amiga me prestó una Pentax K1000 y andaba con eso para todos lados. Veía todos los videos acerca de fotografía que encontraba en internet y, después, iba a la biblioteca a ver libros de foto”.
Remontándonos a su niñez, Andrés nos cuenta que no siempre se sintió cómodo con la fotografía. Su abuelo solía montar todo un aparataje en la sala de su casa:
“Lo primero que recuerdo es a mi abuelo tomando fotos. Él amaba hacer retratos; desde muy joven empezó a hacer fotos. Se tomaba muy en serio hacernos retratos… era todo un ritual, ponía luces en la sala y todo. Recuerdo muy bien esto porque yo odiaba que me tomara fotos. Nunca me dejaba o empezaba a hacer muecas; él se ponía entre triste y molesto. No terminaba muy bien la cosa. Ese fue mi primer encuentro con la fotografía”.
Sin embargo, esa lejanía a la fotografía no se prolongó, y en poco tiempo Andrés volvió a reencontrarse con una idea nostálgica que lo impulsó a fotografiar. Así, en una etapa en la que comenzó a captar la escena local mientras andaba en bicicleta, trasladó la fotografía al interior de sus paredes, otorgándole un rol especial en la creación de una memoria futura de sus vivencias.
“La razón principal por la que yo tomo fotos es porque quiero tener algo interesante que ver cuando sea viejo y esté sentado en el sofá. Entonces, para mí es muy importante fotografiar a las personas y los espacios que me importan. Es como si estuviera haciendo un rompecabezas gigante de mi vida; cuando veo una pieza, la reconozco y hago la foto”.
Estas imágenes empezaron a adquirir un valor distinto al capturar tanto las fantasías como las realidades de las veredas colombianas. Andrés nos cuenta sobre la importancia de hacer fotos en su país y señala que, de hecho, casi nunca saca fotos cuando está de viaje. Se abre entonces una posibilidad diferente al capturar a aquellas personas y espacios que lo acompañan a diario.
“Cuando empecé con la fotografía, yo no estaba viviendo en Colombia. Me pasaba mucho que veía las fotos que hacía y no me sentía identificado para nada con el paisaje ni con las personas que estaban en las fotos. Hacía esas fotos porque, igual, me divertía y estaba en un proceso de aprendizaje del medio, pero siempre pensaba en lo increíble que sería poder hacer fotos en Colombia. Para mí es muy importante identificarme con lo que está en mis fotos y, al mismo tiempo, que las personas que estén en mis fotos se sientan bien de estar en ellas”.
“Siempre pensaba en lo increíble que sería poder hacer fotos en Colombia. Para mí es muy importante identificarme con lo que está en mis fotos y, al mismo tiempo, que las personas que estén en mis fotos se sientan bien de estar en ellas”
El fotógrafo también ha logrado dar perennidad a sus imágenes a través de su primer proyecto editorial, CASA 8. La idea de materializar un fotolibro siempre estuvo presente en Andrés; nos comenta que esta ha sido, desde siempre, su forma favorita de consumir fotografías, ya que por la mañana se despierta y comienza a hojear alguno de sus fotolibros.
“Siempre he pensado que la manera en que quiero compartir mi trabajo es en fotolibros. Me parece muy especial que alguien se siente en su casa, o donde esté, y vea las fotos que hice”.
Además, Andrés comenta que siempre ha tenido un modo muy intuitivo de abordar sus procesos creativos, no tanto desde la reflexión, sino desde lo que le provocan ciertos sucesos de la vida, y su fotolibro CASA 8 no es la excepción.
“Generalmente, cuando fotografío algún tema es porque hay algo que me inquieta y tengo que resolverlo. Cuando esa inquietud está resuelta, ya la puedo compartir. En este caso, la inquietud fue la muerte de mis abuelos. Son fotos de mis últimos años con ellos, y sacar el libro fue para mí cerrar el ciclo.
De hecho, yo ni siquiera me quedé con una copia del libro. Para mí fue más un proceso de dejar ir”.
“Generalmente, cuando fotografío algún tema es porque hay algo que me inquieta y tengo que resolverlo. Cuando esa inquietud está resuelta, ya la puedo compartir”
El gesto de capturar lo cotidiano con una armonía propia es lo que envuelve las fotografías de Andrés. Aunque ha trabajado en proyectos donde la foto desempeña un rol más formal (por ejemplo, en la foto fija para cine), nos comenta que desea seguir un camino distinto, en el que la imagen lo acompañe en su día a día en lugar de constituir un trabajo.
“Si te soy completamente sincero, nunca ha sido un objetivo para mí trabajar en fotografía. Si eso pasa como consecuencia de hacer mi trabajo personal, bienvenido, pero procuro que mi vida laboral esté en otros espacios. Me gusta más hacer fotos para mí y hacerlas a mi ritmo”.
“Me gusta más hacer fotos para mí y hacerlas a mi ritmo”
Se genera un tránsito especial al observar las fotografías de Andrés y es precisamente eso lo que las hace especiales y cercanos las escenas que captura; los cigarrillos compartidos en una habitación, los bostezos durante el desayuno antes de ir al colegio, curar alguna herida a un perro, lavar el patio a manguerazos…
“Mi temática siempre será la misma, y es fotografiar lo que sea que me traiga cada día”.
Finalmente, bajo esta mirada sensible de su mundo, Andrés nos comenta que le gustaría hacerse un regalo a sí mismo para su cumpleaños número 30:
“Estoy intentando hacer una secuencia de un libro que quiero sacar a finales de este año. En noviembre cumplo 30 años, y me gustaría regalarle un libro al Andrés adolescente.
Cuando tenía 14 años, tocaba la batería, tenía una banda de metal y me la pasaba en conciertos… La idea es hacer un libro que le hubiera gustado a ese Andrés. Vamos a ver si lo logro”.
Puedes seguir su trabajo en @__andresrios