Tim Lindacher y Steffan Hotel, los «lugares comunes» del diseño gráfico
En sus inicios, el diseño gráfico se compuso de diversos marcos teóricos y técnicas que le dieron sustento como una nueva disciplina. Bajo un ideal moderno, se conjugaron los conceptos de lo funcional, lo reproducible y lo nuevo, como una serie de objetivos que debería desarrollar la comunicación visual. En esta conjunción, los oficios editoriales como la tipografía y la composición de textos, constituyeron un espacio primordial en el diseño.
Después de décadas de producción en todo tipo de medios y soportes, el diseño contemporáneo se enfrenta al desafío de gestionar las imágenes y materiales acumulados. En todos sus matices, el espacio de esta producción no ha sido otro que el de los medios masivos, por lo que su archivo y reproducción actual tiene un gran componente kitsch, especialmente cuando ciertos códigos se retoman como componente estético en la actualidad.
Los diseñadores alemanes Tim Lindacher y Steffen Hotel se enfocan en los soportes editoriales, concretaemnte en la conjunción entre la edición y el diseño. Ambos han destacado en medios especializados, como las revistas Komma o A Mag A Month, desde que eran estudiantes universitarios, debido al gran cuidado y buen ojo que caracteriza sus proyectos.






Su trabajo nos remite al diseño en su rol conjugador de archivo, dialogando con sus inicios, cuando éste se limitaba a la comunicación visual. Así, Lindacher y Hotel se mueven de manera libre, deteniéndose en momentos, rasgos o estilos que al parecer habían pasado desapercibidos por las generaciones anteriores.
Esta forma de producción es muy clara en la edición de A Mag A Month sobre el motocross, como también en 1220 la revista que crearon para Yung Hurn. Este proyecto fue producido en cuatro días, y resultó en un bootleg que aborda códigos visuales de los años 90 y 2000.
Desde una tipografía helvética a una gótica, desde una imagen pixelada a un modelado 3D noventero, todos estos elementos han pasado por algún proceso de producción visual, han sido reproducidos y presentados a las masas, hasta que, hoy en día, ya nadie escapa de esos “lugares comunes”. El ideal de lo nuevo se ha ido agotando, por lo que apreciar la herencia cultural no clasificada, se ha convertido en uno de los principales enfoques del diseño gráfico actual que, a través de estos autores, se va leyendo a sí mismo.






