En un instante histórico altamente estimulante a nivel creativo, en el que –para bien y para mal– la expresión de lo subjetivo y el “ser uno mismo” se promueve y se premia, la pregunta es obligada: en cien o dos cientos años más, ¿cuál será el arte que permanecerá y se estudiará en las escuelas? Nadie sabe la respuesta, pero es probable que aquellas expresiones que tengan un trasfondo y la intención de transmitir las ideas de una forma específica y/o única, tendrán más posibilidades de trascender.
En ese sentido, la mirada multidisciplinar de Sofia Alazraki (Buenos Aires, 1991) va por el buen camino. Y esa mirada ha tenido la suerte de poder formarse en Historia del Arte y de estimularse desde temprana edad. “Desde muy chica tuve una madrina, Vicky Belloq, escenógrafa y artista que me perimitó jugar en su estudio, me trataba como un adulto en formación y me permitía experimentar con todos los materiales de su taller como si fuésemos pares. Supongo que la validación a tan temprana edad te habilita a tomar en serio tu creatividad. Mi madre es psicóloga y siempre le dio mucha entidad a ese momento en el que la vida esta llena de objetos sin nombre ni función. Más adelante se convirtió en una fuente inagotable de referencias que me llevó de su consultorio a las imágenes”.
“La poligamia creativa se vuelve más divertida con el tiempo y es difícil quedarme en un rol específico”
Con el tiempo, la semilla plantada floreció y creció para convertirse en una artista preparada para asumir cualquier reto creativo aunque con foco en construir imágenes, espacios y sets a través de un imaginario colaborativo, comprendiendo y llevando ideas a la realidad.
“Siempre pensé que pasaría por una fase exploratoria, en parte por curiosidad y en parte por necesidad, para luego decidirme por una disciplina y enfocarme en eso, pero la poligamia creativa se vuelve más divertida con el tiempo y es difícil quedarme en un rol específico. Actualmente me siento cómoda en el pivote entre la dirección de arte, la fotografía y la dirección creativa […]. Al final, cuando veo los proyectos juntos, tienen sentido de una forma natural. Gran parte de mi trabajo es colaborativo y depende del diálogo con otrx, co-visiones. La combinación de las personas que componen el proyecto ya es la mitad del trabajo, me aseguro que haya algo mío en todo lo que hago”.
Las imágenes que resultan de esta co-creación están connotadas de un fuerte valor conceptual imposible de pasar por alto; se hace evidente un proceso reflexivo y de creación de premisas que luego deberán visualizarse en cada detalle o en cada gran gesto. Sofia lo confirma:
“Los mensajes casi siempre son sociales, preguntas u observaciones más que reclamos. A veces se pierden los conceptos por el medio en el que se presentan, terminan reducidos a una imagen y me pregunto si alguien percibirá la investigación que hago detrás de cada proyecto. Los temas que suelo abarcar son el antropoceno, el mundo LGBTIQ, el postcolonialismo y la psicología”.
“COMO HISTORIADORA DEL ARTE, PIENSO QUE MUCHO DE LO QUE HACEMOS AHORA PUEDE QUE TENGA SENTIDO MÁS TARDE, CON UN POCO DE DISTANCIA”
“Como historiadora del arte, pienso que mucho de lo que hacemos ahora puede que tenga sentido más tarde, con un poco de distancia. Me gusta partir de hipótesis y ficciones, creo que estos relatos son los mayores creadores de subjetividades para entender el momento que vivimos, el formato pasa a ser solo un vehículo. No sé con certeza hacia donde quiero evolucionar, creo que voy bebiendo de la producción de todo un colectivo sin saber muy bien cual es el punto de llegada, veo con más claridad el punto de partida”.
La mayor parte del trabajo que ahora realiza Sofia lo hace en España, donde se fue a vivir hace más de nueve años pensando que solo iba para seis meses. Su posición como artista latinoamericana en Europa le permite abarcar visiones más amplias, quizá estar más alerta y percibir sutilidades que a otras personas se le pueden pasar por alto en esta industria. “Como inmigrante en Europa, observo de cerca la ingenuidad con la que se tratan los temas en relación al post colonialismo, como quien mira un accidente en la ruta. Disfruto de poder colaborar con gente de todo el mundo y buscar eso que nos atraviesa a todxs. Paso mucho tiempo en Sudamérica, cuando vuelvo admiro la reserva de identidad, eso que es propio y no puede ser catequizado. Atesoro los momentos comunes que quizás antes pasaba por alto”.
Este año Sofia trabajará en su primer proyecto de ficción y también está preparando otros trabajos junto a Lolita111000 y Leo Adef, así como un libro y un ensayo fotográfico que empezó en Ciudad de México. Puedes seguirla en @salazrakii
