El territorio que alberga la ciudad de Cerro de Pasco en Perú tiene una historia minera desde tiempos precolombinos, cuando buscaban oro con herramientas rudimentarias, ese mineral considerado símbolo sagrado de lo divino. Durante la colonización española, con otras herramientas y con objetivos distintos, abrieron el suelo y la tierra comenzó a sangrar. Siglos después, son las empresas mineras y su lógica extractivista, las que con sus máquinas modernas y sus turnos de día y de noche, continuan agrandando la herida en la tierra a través de su contaminación con metales pesados.
Como un oscuro recuerdo de los abusos medioambientales cometidos en Cerro de Pasco, escondida detrás de unos montículos de tierra, yace una laguna tóxica conocida como Quiulacocha (laguna de las gaviotas en Quechua). Antes, esta laguna era considerada sagrada, además de un lugar con una importante biodiversidad. Hoy, de eso no queda nada: sus aguas se han convertido en un depósito de relaves tóxicos con metales pesados, los cuales han traspasado los límites territoriales para colarse directamente en la sangre y los cuerpos de sus habitantes.
Esta realidad tóxica, es la que el fotógrafo peruano Marco Garro (Lima, 1981), desea visibilizar a través de su fotolibro “Quiulacocha”, un ensayo visual sobre el impacto de la minería en la salud de la población de la ciudad de Cerro de Pasco, capital minera en el Perú y uno de los lugares más contaminados del mundo.
“El tema lo vengo siguiendo hace años. Quise profundizar en él para darle mayor difusión al problema medioambiental y cómo este afecta a las personas. Fue impactante conocer la cantidad de personas, incluidos menores de edad, que tenían altas concentraciones de minerales pesados en el cuerpo, principalmente plomo, en órganos como los pulmones, el hígado, los riñones y la sangre. Conocí a varias familias y sus historias, las cuales sufrían del mismo tipo de contaminación en el cuerpo, principalmente por plomo, un metal que genera daños lentos y silenciosos en la salud, pero con graves consecuencias a largo plazo”.
“Fue impactante conocer la cantidad de personas, incluidos menores de edad, que tenían altas concentraciones de minerales pesados en el cuerpo”
A pesar de la completa toxicidad de la laguna, numerosos residentes, privados del privilegio de elegir, siguen viviendo en sus proximidades, demasiado cerca de la contaminación química. Esta situación, en la que el vínculo entre el medio ambiente y las personas es inseparable, inspiró a Marco a concebir una alquimia fotográfica para capturar retratos analógicos de la población afectada: las imágenes son reveladas utilizando el agua tóxica, creando así una representación visual que vincula lugar, contaminación y cuerpo.
“La laguna es un ente viviente, cuando amanece se levanta un vapor contaminado desde su superficie y éste se desplaza hacia sus habitantes, manchando sus cuerpos de un color naranjo. Esa experiencia me hizo comprender que debía cruzar, a través de una alquimia fotográfica, todos estos factores en la configuración de la imagen, porque la contaminación no solo afecta al medio ambiente, sino también a la población y sus cuerpos. A modo de metáfora decidí contaminar la materia misma de la imagen fotográfica”.
“La laguna es un ente viviente, cuando amanece se levanta un vapor contaminado desde su superficie y éste se desplaza hacia sus habitantes, manchando sus cuerpos de un color naranjo”
“Quiulacocha”, además de fotografías, contiene abundante información clínica de la población afectada por la contaminación que permite ampliar la denuncia y conectar el proyecto y sus objetivos a un público diverso, de campos médicos y académicos, como también a un público general alejado de lo fotográfico.
“Originalmente, la idea fue hacer llegar la problemática del asunto hacia otros campos y públicos, no solo el fotográfico, para ampliar su alcance y afectar al poder. Pero también me interesó destacar la lucha que tienen la familias afectadas, concretar un documento, una evidencia que valide el problema que sufren. Por eso en el fotolibro no solo reproducimos imágenes, sino también exámenes médicos e informes técnicos de contaminación; se produce un equilibrio entre lo informativo y lo expresivo”.
“En el fotolibro no solo reproducimos imágenes, sino también exámenes médicos e informes técnicos de contaminación; se produce un equilibrio entre lo informativo y lo expresivo”
Actualmente Marco Garro se encuentra presentando esta obra en diversos lugares, tanto en Perú como en el extranjero. Además, en la misma línea de investigación, ahora trabaja en un proyecto en Madre de Dios sobre la minería en la selva amazónica peruana y la contaminación con mercurio. Puedes seguir su trabajo en @marcogarrop