SIMPLE (Santiago, 1997) se llama Martín, como nombre de pila. Se crió en la comuna de La Florida, en un entorno familiar que estimuló su desarrollo y conocimiento del mundo del arte y el diseño. “Mis papás quisieron darle a sus hijos todo lo que ellos no pudieron tener. Desde muy pequeño alimentaban mi creatividad y sensibilidad con cosas tan sencillas como compartir su música conmigo. También me encantaba ver trabajar a mi papá, diseñador gráfico de profesión. Empecé a imitarlo, pero con un papel y un lápiz, y así empecé a dibujar”.
Por ese entonces, Martín se inspiraba en los dibujos animados que llegaron a Chile desde Japón cuando era muy pequeño. “Todos esos colores y personajes, sumados a los sonidos y la música de cada serie, hicieron que dibujar fuera uno de mis principales formas de pasar el tiempo en aquella época”.
“Desde muy pequeño mis papás alimentaban mi creatividad y sensibilidad con cosas tan sencillas como compartir su música conmigo”
Más adelante, en la pre-adolescencia, el graffiti entró en la vida de Martín a través de sus primos mayores. Con el mismo interés que tuvo por el arte, empezó a escuchar rap y hip hop. “La Florida es una de las cunas del graffiti en Santiago, concretamente del estilo wildstyle. Mis primos me mostraban fotografías o me ponían rap de aquella época y, después de entender un poco más el estilo, hice mis propios bocetos con las piezas que veía por la calle como referentes”.
Además de sus familiares cercanos, en el colegio conoció al que todavía es su partner in crime: Skay. “En el colegio estaba muy frustrado y triste. No me gustaba ir, solo dibujaba graffiti y mi atención era nula. Cuando conocí al Chino (Skay), él ya llevaba un año pintando. Después del colegio, nos juntábamos para pintar, y así aprendimos juntos en el graffiti y la calle. Llegamos a fusionarnos como dúo con el nombre de Zuaes y siempre hemos tenido una retroalimentación muy linda”.
“El graffiti es una llave que te muestra la ciudad desde afuera, como un lienzo”
Martín estuvo años inmerso en el graffiti, desarrollando su estilo y pintando en todos los rincones de Santiago, pero conoció la cerámica cuando entró a la Universidad de Chile a estudiar Bellas Artes. Allí también encontró compañeros y profesores que le permitieron explorar nuevas perspectivas artísticas que nunca se había planteado.
“Aprendí de materialidades y soportes. Me sentí más reflejado en la cerámica que en la pintura o la escultura porque siento que tiene una historia más similar a la mía. Me enamoré de la cerámica tanto como del graffiti, y, al igual que me pasa con éste último, no pienso dejarlo. Lo que hago surge de una necesidad íntima por crear e intentar vivir de esto”.
Las piezas de este “enamorado” de la cerámica, funcionan como diseños modulares o repetitivos enraízados en los orígenes de Martín: los muros, lo urbano, el graffiti. “Mi trabajo está inspirado en la calle, en la repetición de patrones que uno puede ver cuando camina. En la ciudad se pierde la noción del tiempo por su orden capitalista, su vida y estética son caóticas, avanza a una velocidad vertiginosa destruyendo el imaginario de las personas. Es muy difícil salirse de ese ritmo, pero, de algún modo, el graffiti es una llave que te muestra la ciudad desde afuera, como un lienzo. Durante años me enseñó a como resistirme a esa macro estructura arquitectónica y que, aunque nos quiten el paisaje y nos restrinjan la mirada, seguimos creando”.
Los trabajos de SIMPLE se han mostrado en varias exposiciones. Una de ellas fue junto a su colega y compañera de Universidad, la pintora Mila Gutiérrez con la muestra “Paisaje Invisible” en la Galería Lira. “Tenemos intereses similares y somos muy amigos, los dos trabajamos basándonos en el ritmo de la calle. El título viene de los paisajes de la ciudad que uno ignora”. Tambien destaca la última muestra colectiva de cerámica que tuvo junto a Mikaella Belmar y Manuela Espergue “Flores sin cielo”, en la misma galería. “Nuestras piezas crecen en el gris de la ciudad como una flor, para destacar por sus características únicas”.
Después de casi cuatro años experimentando con la cerámica, Martín sigue trabajando y explorando este “gran amor”. Puedes seguirle en @51mpl31