El oro en Latinoamérica ha tenido un significado cultural, espiritual y económico importante a lo largo de la historia. Ha sido objeto de codicia, explotación y conflicto, pero también ha sido una fuente de riqueza, belleza artística y práctica religiosa.
Este mineral es el protagonista del proyecto “El oro que heredamos, el oro que soñamos”, un ensayo visual del fotógrafo peruano Marco Garro (Lima, 1981), quien lleva varios años investigando sobre ello en diferentes etapas de la historia de la cultura peruana. Se trata de un recorrido cronológico que se inicia en la época precolombina, luego continúa con la colonización española y finaliza en el tiempo actual, con la industria minera extractivista.
“El proyecto se estructura en tres momentos. El primero, se inicia antes de la colonización española, cuando el oro era utilizado por diferentes culturas precolombinas, como un elemento mágico que representaba el sol y la divinidad, quien lo poseía tenía el poder. El segundo, ocurre con la llegada de la colonización española, cuando el oro se convierte en un elemento monetario para la transacción mercantilista, además de uso sincrético. Y el tercero se sitúa en la actualidad, me interesa el oro como objeto de poder, además de cómo los territorios se ven afectados por la operación de proyectos mineros extractivistas que contaminan el medio ambiente y afectan, de diferentes formas, el desarrollo de las comunidades”.
“En la actualidad, me interesa el oro como objeto de poder, además de cómo los territorios se ven afectados por la operación de proyectos mineros extractivistas”
“Para evitar problemas, me incorporo al territorio de forma amable, como un observador pasivo”
Para la realización del proyecto, Marco visitó, durante varios años, museos y lugares históricos como la ciudad de Lambayeque. Además viajó a distintos puntos de Perú en donde, actualmente, están activos distintos proyectos mineros que extraen oro, algunos legales y otros no. Según el autor, cada uno de estos lugares tiene características particulares por lo se deben utilizar estrategias particulares para documentar la realidad.
“Cada uno de los lugares que he visitado tienen sus propias dinámicas. Por ejemplo, en Madre de Dios en el Amazonas, hay mucha minería informal muy contaminante y que funciona al margen de la ley, por lo que puede ser un lugar peligroso. En el altiplano las comunidades que se benefician de la minería no suelen tener buena relación con los foráneos debido al acoso periodístico, incluso una vez me confundieron con un terrorista. Para evitar todo tipo de problemas, me incorporo al territorio de forma amable como un observador pasivo, primero identificando a los líderes y luego dejándoles en claro cuales son mis mis intenciones y lo que busco, así logro establecer un diálogo honesto. Algunos aceptan, y otros no”.
Marco Garro continúa trabajando en esta serie de imágenes mientras, en paralelo, trabaja en un libro sobre la laguna tóxica que existe en Cerro de Pasco y cómo esta realidad está afectando a la morfología del territorio.