El papel es blanco y eterno, perforado a los costados. Sale desde una impresora y se desliza lentamente, avanzando como si fuese una cinta transportadora. Muestra números, horas, nombres. Preguntas respondidas. A un costado, un teclado y una pantalla negra, letras blancas, que remiten a una tecnología obsoleta junto a una pantalla led horizontal, en la que se deslizan unas letras luminosas: “Cuéntame, ¿cómo sería tu vida sin internet?”. Alguien teclea, el texto se imprime en el papel y escurre con ese antiguo ruido de lo análogo. “Sería una vida más despreocupada por lo que piensen los demás )-:”, dice uno de los mensajes que se ve a través del acrílico.
“El proyecto es una instalación interactiva, que invita al público a responder un loop de 10 preguntas, las cuáles giran en torno a las redes sociales, la digitalidad y la influencia que tiene la imagen digital en la vida cotidiana”.
Sofía Garrido (1992), diseñadora gráfica y artista plástica, es la creadora de Habitantes de la Imagen, una obra que busca generar un espacio de participación con la gente fuera de espacios artísticos convencionales, con el fin de reflexionar en torno a nuestra relación con el internet, las redes sociales y, sobre todo, la imagen.
“Mi interés es generar una instancia donde el público pueda parar un momento a cuestionarse respecto a este nuevo escenario postdigital: pensar en cómo nos relacionamos con otros, cómo consumimos experiencias tales como conciertos –donde el acto de registrar está extremadamente presente–, pensar en cómo percibimos nuestros cuerpos y el cuerpo de los demás, cómo consumimos vidas ajenas, cómo se han ido virtualizando y mediatizando las relaciones, cómo hemos comenzado a vivir ‘vidas pantállicas’, mediadas tecnológicamente por la imagen digital… y en las consecuencias, tanto positivas como negativas que esto conlleva”.
El título se debe a que “nos relacionamos en gran medida a través de la imagen digital (…) nuestras relaciones y experiencias cotidianas se llevan a cabo a través de una pantalla que nos presenta una imagen en dos dimensiones del mundo” y su carácter interactivo hace que esta idea adquiera mayor fuerza al ser un tema que nos convoca —querámoslo o no— a cada uno de nosotros.
“El nuevo escenario digital va demasiado rápido y nosotros estamos insertos en él muy profundamente, entonces no nos queda tiempo para detenernos, alejarnos y mirar desde afuera”
“¿Qué es lo mejor que te han dado las redes sociales?”, “¿Cuál sería la red social perfecta?”, “Si antiguamente se heredaban álbumes de fotos, ¿qué heredarán las futuras generaciones?”, “¿Qué es lo peor que te han dado las redes sociales?”. Estas son algunas de las preguntas que completan el cuestionario de diez, las cuales van apareciendo aleatoriamente en la pantalla del teclado. “Me parecía relevante generar una instancia colectiva y física, una instancia offline, que nos obligase a detenernos un segundo a mirarnos las caras y pensar sobre esto, que nos invitase a construir un pensamiento crítico colectivo, porque lo colectivo siempre es mejor que lo individual”.
Durante 17 días, la obra fue expuesta en tres lugares de distinta carga histórica: cinco en la Estación Mapocho —en el marco de la ‘Furia del Libro’—, nueve en el centro cultural Matucana100 y tres el Persa Víctor Manuel. Estos espacios se caracterizan por tener una alta concurrencia de gente y, principalmente, por la transversalidad de público que convocan, donde la obra conjugó sus características en relación con dichas comunidades:
“Mi trabajo siempre ha tenido un componente colectivo e interactivo, donde más que autora soy una especie de recolectora. Propongo herramientas o soportes para que otros generen el contenido, para que otros se puedan expresar”. Sofía cuenta que “Habitantes de la Imagen” es, a su vez, un proyecto de carácter colectivo sobre lo individual, donde trabajaron los arquitectos Catalina Cárcamo y Martín Álvarez, junto al desarrollador Osvaldo Torres: “para mi, trabajar de forma colaborativa es siempre la forma más interesante y entretenida de trabajar (…) creo que el resultado que uno puede tener, en cualquier ámbito, siempre será más rico y potente si se trabaja con otros”.
“Mi trabajo siempre ha tenido un componente colectivo e interactivo, donde más que autora soy una especie de recolectora”
Mientras alguien teclea una respuesta, otra persona graba con su celular el montaje: la pantalla, el papel avanzando y cayendo al final, el encuadre retrofuturista de la obra, como un remanente de algo que ya no existe más. “Creo que mi mirada es más mundana y menos teórica, quizás no me interesa tanto teorizar sobre la imagen en sí misma, sino que me interesa más el cómo nos afecta cotidianamente, me interesa la opinión de la gente”. Alguien sube el video como historia a su perfil de Instagram: la imagen es habitada por 24 horas, al igual que la siguiente, y la siguiente. Y la siguiente: a la luz de la pantalla, más allá del momento que ocurre en el presente.
En ese extenso papel blanco se ha ido armando un relato colectivo, que hasta ahora suma más de 600 respuestas en torno al uso que le damos a las redes sociales y a la mirada íntima sobre la imagen como hábitat —a estas alturas— natural, para bien o para mal; las aspiraciones de cada uno sobre su uso, los cambios posibles y también aquellos atisbos positivos de vivir inmersos en lo digital. El proyecto culmina con una publicación física que congregará un compendio de respuestas, con el fin de darle una vocación permanente a una acción de naturaleza efímera.
“La próxima etapa del proyecto es generar la publicación impresa junto a Naranja Publicaciones, creo que será un proceso muy entretenido; analizar, seleccionar y pensar en cómo presentar las respuestas que se obtuvieron, pensar en el diseño, formato, encuadernación, etc. (…) Un archivo offline perdurable en el tiempo, que se opone a la desmaterialización e inmediatez del mundo digital”.
Sofía actualmente vive en Barcelona y está a la espera de que la publicación tome forma, además de estar abocada a trabajos como diseñadora gráfica, pero conservando las ganas de seguir experimentando en proyectos creativos personales. Puedes seguir su trabajo en @sofgarrido o en sofiagarrido.work
–
Fotos por:
Carlos Molina
Camila Salfate
Sofía Garrido