Arianna Todisco retrata la comunidad death metal en Botsuana
Como buena millennial, Arianna Todisco (Barletta, Italia, 1995) descubrió la fotografía cuando era muy pequeña, concretamente, con cuatro años y medio. «Mi primera fotografía fue un retrato de mi padre hecho con una Polaroid 600 ‘Barbie edición limitada 2000’, que él mismo me regaló y que todavía uso. Me acuerdo de acercar mi ojo al visor de la cámara,… hay sensaciones que no se olvidan […]. No hubo un momento preciso en el que decidí que la fotografía sería mi trabajo a tiempo completo, ocurrió gradualmente. Ahora no me importa trabajar veinte horas seguidas, estoy totalmente enamorada de mi trabajo«.
«Mi primera fotografía fue un retrato de mi padre hecho con una Polaroid 600 ‘Barbie edición limitada 2000’, que él mismo me regaló y que todavía uso»

Siguiendo con los comportamientos habituales de su generación, Arianna se metió en su perfil de Facebook, se geolocalizó en Botsuana, un país donde había estado anteriormente, y empezó a buscar eventos que llamaran su atención. Hubo uno que, inmediatamente le cautivó, el “10th Anniversary Overthrust Metal Death Mania”, que iba a tener lugar en la ciudad de Ghanzi unos días después. «Por suerte o por desgracia, las redes sociales son las herramientas que utilizo para buscar temas interesantes», comenta acerca del método de su hallazgo.
Tres fueron las jornadas que tardó en decidirse, pedir ayuda al colectivo fotográfico al que pertenece (Waamoz), comprar un pasaje y prepararse para viajar sola y acudir a este evento, tan desconocido como excitante. «Ya había estado tres veces en África antes, en Botsuana, Marruecos y Egipto. Me gusta mucho viajar, a veces sola y, otras, con mi familia, me siento muy cómoda cuando me mudo a lugares que no conozco. Además, Botsuana es un lugar muy tranquilo para viajar sola, los Tswani son un pueblo maravilloso«.




Cuando llegó a Ghanzi, Arianna se encontró con un contexto festivo muy particular en el que mucha gente se congregaba esos días para acudir al evento. Rápidamente conectó con los asistentes y los protagonistas, la banda de death metal local Overthurst, que ha llegado a hacer una gira europea.
«En mi hotel en Ghanzi, conocí a gente de Maun que iba al festival y fuimos juntos al lugar donde era el evento, el centro comunitario (community hall), muy conocido en la ciudad. Allí conocí a Tshomarelo Mosaka, el líder de la banda Overthrust, quien me presentó al resto de los miembros de la banda. Ese día estaban muy ocupados con los preparativos, pero los días siguientes me dieron la bienvenida al festival, los entrevisté, nos hicimos amigos y tomamos cerveza juntos. Conocí a gente maravillosa, con la que siempre estoy en contacto. Muchos de ellos me escribieron por Facebook durante la cuarentena, preocupados por la situación en Italia».





El proyecto resultante, «Community Hall», nos descubre un mundo que probablemente desconocíamos y con el que, tras el choque cultural y visual inicial, conectamos de forma instintiva y orgánica. De las imágenes se desprende el sentimiento global del disfrute colectivo, de la música como vehículo de una unión indivisible, algo que todos hemos experimentado en un festival o un concierto, y que tanto extrañamos en tiempos de pandemia. Esto queda aumentado por una vestimenta particular común que hace que las imágenes sean muy performativas y tengan un alto potencial fotográfico, visto por el buen ojo de la fotógrafa.
Durante el confinamiento Arianna pasó por un primer período en el que aprovechó para ponerse al día con su trabajo, actualizarlo y enviarlo a medios de comunicación para que lo publicaran, y por una segunda etapa muy fructífera de la que surgió el proyecto Maatrice, «una agencia de curatoría fotográfica que promueve el arte de la diversidad a través de proyectos que generan diálogos en nuevos escenarios de observación», junto a su amiga y colega Lavinia Nocelli.
