La documentación gastronómica de Araceli Paz
El año pasado se celebró el duodécimo aniversario del aclamado restaurante mexicano Pujol, comandado por Enrique Olvera. Los años de historia de este espacio de alto nivel gastronómico en Ciudad de México, no podrían contarse sin la presencia de la fotógrafa y directora de arte chilena Araceli Paz (Santiago de Chile, 1986), ya que el libro editado en conmemoración de este evento, está lleno de sus capturas del proceso de creación de los platos, desde la recolección de los alimentos hasta la mesa.
Muy ligada desde pequeña a la cocina, por antecedentes familiares, la cercanía al arte de Araceli, por el contrario, no le vino desde la cuna, de hecho, su ambición por seguir una carrera ligada a lo visual no fue siempre bien recibida en su círculo cercano.
“No éramos una familia de ver películas, visitar exposiciones, ir al teatro o a conciertos o de leer libros por gusto. Lo que sí recuerdo con mucho cariño es el placer que me inculcaron por viajar. En estos viajes visitamos uno que otro museo por la mera obligación de cumplir con una clásica guía de lugares que ‘debes visitar’ en cada país. Así, fui descubriendo mi propio interés en estos lugares y lo que albergaban. Primero me interesó la pintura, ver la obra de Diego Velázquez en el Museo del Prado de Madrid marcó un antes y un después. El arte se convirtió en mi objetivo hasta que di con la fotografía, muchos años después, y comprendí que no soy artista, soy una hacedora de imágenes”. Fue así como, además, incursionó en el diseño gráfico.

“No soy artista, soy una hacedora de imágenes”




Llegado el punto en sus estudios fotográficos en el que tuvo que decidir cuál sería el “objeto” a capturar, se decantó primero por lo documental, para desestimarlo al ver el escaso mercado laboral de su país, y encontrarse, posteriormente con la fotografía de productos. Fue así como la gastronomía, que conocía de ver a sus papás cocinar en un restaurante en las cercanías de Los Vilos, apareció de nuevo en su vida. Araceli se adentró en el mundo del food styling.
“Trabajé varios años como food stylist mientras fotografiaba alimentos, pero ya no hago eso. Un estilista de alimentos no tiene porque ser fotógrafo, es más común que este trabajo lo haga un profesional de la cocina. Llevémoslo al mundo de la moda: el estilista, generalmente, no es el fotógrafo, sino que solo se dedica a arreglar o maquillar lo que será fotografiado para que se vea bien en la imagen”.



Actualmente, Araceli es la directora de arte de más de una decena de proyectos gastronómicos con diferentes visiones y estilos. “Me he reencontrado con mi profesión inicial, el diseño gráfico y el desarrollo de identidades. Como trabajo en restaurantes, el proceso de conceptualización viene muchísimo antes que la fotografía. Mi relación con la gastronomía y el modo en que la registro se ha vuelto mucho más documental y menos editorial. Ya no invento contextos, solo interpreto cada proyecto de la manera más fiel posible a sus identidades propias”.
“Mi relación con la gastronomía y el modo en que la registro se ha vuelto mucho más documental y menos editorial”



Su afán por conocer lugares nuevos y fotografiarlos, documentar sus historias, se ve satisfecha con lo que hace y con el viaje por México que hizo en 2019 para visitar a los principales proveedores de materia prima de Pujol. El proyecto culminó en «Veinte», un libro que salió recientemente a la venta, y que celebra los 20 años del restaurante. “Es invaluable el aprendizaje que dejan esos viajes”, comenta Araceli acerca de la experiencia.
Y fueron estas relaciones y viajes las que le llevaron a afincarse definitivamente en el país azteca, y a trabajar mano a mano con Enrique, a quien ya considera su amigo, “hay un entendimiento implícito entre nosotros que facilita mucho los procesos y eso es muy necesario en este rubro tan demandante, acelerado y agotador”.

Este año y el anterior han sido especialmente difíciles para el rubro gastronómico y Araceli ha tenido que buscar nuevas formas de mostrar visualmente a los restaurantes con los que trabaja. “Aquí no paramos. En este rubro, el que para, pierde. Si un restaurante deja de operar por un par de semanas, muere. Durante este año de pandemia nos vimos forzados a exprimir nuestra creatividad para sobrevivir; nuevas maneras de presentarnos, de mostrarnos, de entregarnos, nuevas formas de compartir, de comunicar. Para mí, no ha habido un solo día de confinamiento. Creo que estos doce meses han sido los más intensos de toda mi vida en cuanto a trabajo se refiere”.



“Si un restaurante deja de operar por un par de semanas, muere. Durante este año de pandemia nos vimos forzados a exprimir nuestra creatividad para sobrevivir”
Después de participar en diversos libros de chefs y aficionados a la cocina, como The Chilean Kitchen de Pilar Hernandez y Eileen Smith, o Todo a la parrilla de Carolina Carriel e Isidora Díaz, Araceli se plantea trabajar en proyectos personales. “Me gustaría tener el tiempo de desarrollar mis propias imágenes. Suena insólito, pero con la carga de trabajo que manejo, no me queda tiempo para agarrar una cámara y hacer una foto para mí y por mí. Además, esta exploración personal me gusta hacerla exclusivamente en formato análogo, lo que toma el triple de tiempo”.
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