Entrevista a Camilo Medina: “El arte explora lugares del inconsciente que son difíciles de describir con palabras”
El arte psicodélico explora los estados alterados de la consciencia, logrados principalmente mediante el uso de drogas alucinógenas. Durante los años 50 y 70, esta excitación sensorial promovió una gran apertura expresiva en todos los campos que se puede apreciar tanto en los ensayos de Aldoux Huxley, como en la música y arte del movimiento hippie. En estas obras aparece la idea de viaje, entendido como un recorrido mental, pero que también se compone por la apropiación cultural de ciertos elementos orientales de la cultura pop occidental, generando un lenguaje similar al del art nouvau, como un código estético que se mantiene a través del tiempo.
El artista de origen colombiano con base en Chicago Camilo Medina es diseñador gráfico, ilustrador y músico. Trabaja en proyectos que aúnan música y gráfica, destacando la banda Divino Niño, de la cual es parte como guitarrista. El trabajo de Camilo remite a la psicodelia artística, entendida como la experiencia en torno a la conciencia ya mencionada, pero desde un enfoque contemporáneo, proponiendo un lenguaje donde la música y la imagen componen un entorno creativo completo y único.






“Para mi estos dos mundos tienen un mismo origen y, simplemente, se manifiestan de maneras distintas. El arte explora lugares del inconsciente que son difíciles de describir con palabras. La música y el arte visual se han convertido en plataformas que me permiten comunicar lugares profundos de mi experiencia como ser humano”.





En cuanto a su trabajo como diseñador e ilustrador, Camilo propone una aproximación lúdica a la gráfica, con personajes que remiten a las caricaturas de Friz Freleng combinados con formas abstractas en composiciones pop surrealistas. Así, desde un marco creativo que busca cierta liberación del inconsciente, el trabajo de Camilo Medina actualiza los códigos de la psicodelia con planteamientos simples y precisos.
“He pasado la mayoría de mi vida tratando de llenar expectativas para los demás: ser buen estudiante, ir a la universidad, conseguir un buen trabajo, etc. Mi vida cambió cuando renuncié a mi trabajo como diseñador en una agencia de publicidad. Desde ahí, mi desarrollo artístico me ha enseñado que somos mucho más de lo que pensamos. Cada persona tiene un tesoro interior, hay que encontrarlo y evolucionarlo”.



Camilo colabora con medios como Vice y Pitchfork, y también con en los proyectos musicales de Clairo, Kevin Krauter, Paul Cherry y su banda, Divino Niño. Dentro de este abanico recorre sus influencias artísticas, que se encuentran entre vinilos, discos y afiches para bandas que conoció durante su infancia en Colombia. En este sentido, más allá de un arraigo cultural o personal, el trabajo de este diseñador nos habla sobre la búsqueda de un arte honesto y profundo, donde podemos apreciar cada pieza como el pequeño viaje hacia un imaginario en común.
“Para mi es importante representar mis raíces colombianas en este país, pero al mismo tiempo pienso que somos seres terrestres y es fundamental enfocarnos en las áreas que nos unen y no en las que nos dividen”.


