Entrevista a Alex Vidal: Un bosque repleto de sueños
Imaginemos un paisaje ideal del sur de Chile, con sus lagos, volcanes y abundante flora y fauna y pocos vecinos a la redonda, ni muy lejos ni muy cerca de la civilización. Ese es el entorno que el fotógrafo chileno Alex Vidal (Llanquihue, 1980) eligió junto a su familia para echar raíces y alejarse de la contaminación y el ruido de la ciudad. Este envidiable entorno no solo es el patio trasero de la familia, sino que también es el escenario que eligió Alex junto a su hijo Luciano de cinco años, para dar largas caminatas y, de paso, darle forma a un íntimo ensayo fotográfico llamado “Sueños”, que explora el mundo onírico infantil.
La idea para el proyecto nace en un principio como una actividad para quebrar la monotonía del encierro producto de la crisis sanitaria provocada por el COVID19: “Al inicio de la pandemia decidimos, como familia, encerrarnos y no salir siquiera a comprar, así que comenzamos a pensar en actividades recreativas para el bienestar de Luciano. Una de estas ideas consistió en contarnos los sueños a la hora del desayuno y me di cuenta que había un sueño que era recurrente en Luciano y que tenía que ver con un bosque, así que decidí que fuéramos a dar paseos al bosque una vez por semana. Con el tiempo, se convirtieron en rutinas diarias que mi hijo esperaba ansioso”.


“Al inicio de la pandemia decidimos, como familia, encerrarnos y no salir siquiera a comprar”
El bosque que padre e hijo visitan no es cualquier bosque, es un bosque Ñadi, que se caracteriza por sus suelos de tierra volcánica y por la constitución de un ecosistema de rasgos únicos ideal para fotografiar a su hijo en un mundo único de tintes oníricos.
“Para Luciano el bosque fue el descubrimiento de un mundo muy particular y único, compuesto por telas de araña y hojas de helechos gigantes. Pasamos varias horas recorriendo arroyos hasta que nos pillaba la lluvia. Estas experiencias estimularon la imaginación de mi hijo: comenzó a incluir todo tipo de fauna al bosque como jirafas, elefantes o dinosaurios”.

“Estas experiencias estimularon la imaginación de mi hijo: comenzó a incluir todo tipo de fauna al bosque como jirafas, elefantes o dinosaurios”


Volver al bosque para el autor significó evocar nuevamente recuerdos de su propio pasado en el territorio, sintió un profundo llamado a estar ahí y volver a experimentar ciertos recuerdos con una luz particular compuesta de claros y oscuros. “Me di cuenta que el bosque es oscuro porque tiene árboles gigantes que tapan el sol, pero siempre, en algún lugar, hay un claro que deja entrar la luz. Así, la estética del proyecto tiene mucho que ver con la oscuridad de los sueños y del bosque, lugares inciertos, tenebrosos para un niño”.
En una de las tantas caminatas por el bosque, Alex y su hijo vivieron una curiosa experiencia que les reveló las características espirituales que el territorio puede contener en secreto. “Un día volvimos al bosque después de algún tiempo y nos encontramos con dos perros que andaban sueltos y sin dueño. Si bien andaban en buena con nosotros, fueron tan cargantes que terminaron por sacarnos del bosque y Luciano se asustó mucho. Tiempo después le conté a un peñi amigo acerca de esa experiencia y me contó que, cuando se celebran ceremonias en las comunidades Mapuche, siempre se apartan a los perros del lugar porque por su naturaleza, el perro tienen facilidad para que se le peguen los espíritus del territorio. Fue cuático, algo místico pasó ahí, me gusta entenderlo así”.




El proyecto “Sueños” de Alex no solo incluye fotografías, también contiene anotaciones y textos con la forma de un diario de sueños construido por el autor y su hijo. “Tenemos una libreta donde comenzamos a escribir nuestros sueños además de incluir collages y dibujos que hicimos en conjunto, es un ejercicio de representación onírica en conjunto. Ambos dibujamos y recortamos; es algo que nunca había hecho. Mi intención es que este documento lleve al lector directo a un mundo intímo”.
“Mi intención es que este documento lleve al lector directo a un mundo intímo”


Una vez cerrado este “capítulo” en el bosque que, idealmente y a través de un fondo, podría convertirse en un foto-libro, Alex pretende desarrollar otras ideas que involucren los sueños de su hijo.
