Dulk: más animales, menos personas
Hoy en día se hace cada vez más difícil justificar la existencia de los zoológicos dentro de las ciudades, puesto que su misión original -acercar los animales salvajes a los habitantes- ha perdido el sentido con las nuevas tecnologías que te permiten ver, a través de una pantalla, cualquier animal salvaje en su hábitat natural, sin intervención humana. Por no mencionar la crueldad que supone tener animales encerrados fuera de su entorno solo para el deleite de otros seres vivos (nosotros).
El artista valenciano Antonio Segura Donat, más conocido como Dulk (1983), quien ha intervenido las paredes de ciudades como Mónaco, Barcelona y Las Vegas, crea sus obras basándose en esta actitud renovada respecto los animales. En su trabajo muestra animales enormes que habitan mundos irreales, imposibles de capturar o enjaular.



Con un estilo descrito como lowbrow art o surrealismo pop, el trabajo de Dulk desarrolla un ecosistema entero de seres y peligros a punto de suceder. Son mundos intrincados que demuestran la obsesión de Dulk desde que era pequeño, cuando pasaba tardes enteras copiando ilustraciones de animales exóticos de enciclopedias. Un pasatiempo que, combinado con su fascinación con la libertad y la rebeldía, se convirtió en la puerta de acceso al muralismo. Un imaginario “espontáneo y difícil de controlar” que terminaría por convencer al valenciano, a los diecinueve años de edad, de cambiar sus estudios en economía por la ilustración y el diseño gráfico.
Desde ese momento, Dulk ha experimentado con distintos medios; publicidad, diseño de vestuario, serigrafía o animación stop-motion, por citar algunos, exhibiendo además sus obras en distintas salas y muros de Estados Unidos, Asia y Europa. Todo esto sin perder la capacidad sorprenderse ante la fauna de este planeta igual que lo haría un niño al ver animales salvajes por primera vez en su vida.



