Aaron Joel Santos – Prison Fights – Archivo JOIA 35 (2014)
Pelear por tu libertad
La cárcel, por definición, es un sitio que priva de libertad. Pero, por muy cliché hippie que suene, una cosa es la libertad del cuerpo y otra la libertad de la mente y el espíritu. Así podría interpretarse la premisa detrás de Prison Fights, una organización de reos que fomenta la práctica de las artes marciales, como una forma de alcanzar la libertad mental y espiritual, y quizás hasta la libertad del cuerpo.
Klong Prem es el nombre de la cárcel -ubicada en Bangkok- donde tienen lugar los enfrentamientos entre reos pertenecientes a Prison Fights. A través de peleas de artes marciales, los internos que acumulan una historia de buen comportamiento son motivados a pelear por una oportunidad de libertad.
Pero lo cierto es que la verdadera libertad es la de poder participar de un torneo y practicar las artes marciales tradicionales de su país, algo que de una u otra forma muchos de los que están ahí han hecho desde niños.


Los internos que acumulan una historia de buen comportamiento son motivados a pelear por una oportunidad de libertad
Así lo ve Aaron Joel Santos: “Es cierto que ‘una oportunidad de libertad’ es parte del incentivo, pero es algo más complicado que eso. Los internos son aceptados en el programa por su buena conducta, pero aunque participen en las peleas, no hay garantía de que les vayan a reducir la condena. Cuando preguntamos por instancias específicas en las que eso ocurría, los guardias y el encargado de la prisión fueron muy poco claros en sus respuestas. No es como que un reo acusado de violación u homicidio pueda meterse a las peleas, ganar una y reciba el beneficio de arresto domiciliario. Pero, la verdad es que me sería difícil identificar en qué circunstancias un reo pudiera tener una opción real de libertad”.


Nos preguntamos cuál será el delito más común por el que encarcelan a la gente en Tailandia. La experiencia de Aaron: “El 90% de los reos con los que hablé estaban en prisión por algún problema con drogas. Tailandia tiene un gran problema con el uso de metanfetaminas y speed, enormes cantidades se están produciendo en la región norteña conocida como El Triángulo Dorado. Desde ahí la distribuyen a todo el país, a través de jóvenes que quieren ganar dinero rápido, y son comúnmente los que terminan atrapados por la policía”.
Aaron Joel Santos ha desarrollado una carrera grandiosa, trabajando con y para casi todos los referentes mundiales, cuando se trata de fotografía. Sus series son incontables, al igual que sus experiencias.
«El 90% de los reos con los que hablé estaban en prisión por algún problema con drogas»

Tus fotos han aparecido en las publicaciones más importantes a nivel internacional y has trabajado con compañías igual de grandes. ¿Hay alguna publicación o marca con la que te gustaría trabajar y aún no has tenido la ocasión?
«Honestamente, ya he trabajado para muchos con los que soñaba hacerlo. Hace 4 años, sacar fotos para The New York Times o la revista TIME, junto con muchos otros clientes, me parecía un objetivo inalcanzable. Pero supongo que para la mayoría de los fotógrafos, National Geographic representa el máximo de sus logros. El trabajo que ellos han publicado durante las últimas décadas ha sido consistentemente impactante e inspirador. No puedo recordar ningún momento en que sacar fotos para ellos no haya sido de lo máximo de mi carrera. Fuera de eso, creo que me encantaría trabajar para una súper producción de moda para Prada o Louis Vuitton o algo similar. Sólo tomar a un grupo de modelos y vestuarios e irnos al delta del Mekong y ver qué pasa. Estoy seguro que les gustaría…»

¿Cómo aprendiste a sacar fotos?
«Después de estudiar Literatura, me tomé unos años libres y me entretuve aprendiendo un poco de diseño y arte, pensando que eventualmente estudiaría diseño gráfico o algo parecido. Terminé comprando mi primera cámara antes de mi primer viaje al sudeste asiático en 2005. Desde ahí, una serie de extraños eventos (incluyendo al Huracán Katrina azotando New Orleans –donde vivía en ese tiempo-, mi recién descubierto amor por la fotografía, y el hecho de que fuimos desplazados hasta New England durante gran parte del año mientras se realizaba la reconstrucción), me llevaron a inscribirme en una pequeña escuela de fotografía de Boston. Lo demás es historia».
En tu web dice que te encanta el repelente de mosquitos. ¿Es sólo para enfatizar que te gusta viajar, o hay alguna historia asociada a esa afirmación?
«Sí, sólo intenté decir de una manera más ingeniosa que voy seguido a muchos lugares en la naturaleza por encargo de distintos clientes. La verdad es que soy muy malo empacando, y fuera del pasaporte, la cámara y los lentes, es común que olvide llevar todo lo demás. Incluso ahora, mientras contesto esta entrevista, me estoy curando varias heridas y picaduras producto de que olvidé el repelente en un trabajo reciente en Quang Tri, en la zona central de Vietnam».


¿En qué estás trabajando actualmente?
«Ha sido un año muy ocupado para mí, con muchos encargos que se han llevado gran parte de mi tiempo libre. Pero acá en Vietnam estoy empezando a trabajar en un extenso proyecto de retratos, fotografiando a veteranos locales de la guerra contra EEUU. El próximo año, 2015, será el aniversario número 40 del fin de esa guerra, y quería trabajar en algo que pudiera unir a ese aniversario».

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