Como hemos manifestado en reiteradas oportunidades y expuesto en nuestras páginas, el arte o el diseño no son disciplinas que puedan independizarse de la “vida real”, te duermes y despiertas “trabajando”. Es así como muchas de las obras que hemos exhibido en nuestra publicación son el resultado de procesos internos, reflexiones o simplemente caprichos personales de cada artista, es por esto que nos parece importante conocer un poco más de lo que hay detrás de la obra del artista.
Si observamos detenidamente el trabajo de María José Carlier (JOIA 42) es inevitable asociarlo a estéticas un poco ochenteras, quizás nada literal, pero es que todo lo que pueden parecer representaciones de universos vaporwave o neo-pop son en realidad, reinterpretaciones de un imaginario que combina lo astrológico y geométrico, como también el cuerpo humano, siempre a través de los ojos de quien desarrolla su vida en la costa, en un balneario, junto a atardeceres, veleros, buses interurbanos, bosques y todo aquello que se encuentra distante de la metrópolis, pero tan cercano al mar. Quizás es por eso que su trabajo tiene un lenguaje formal, austero y muy original. En nuestra interpretación, podemos concluir muchos puntos sobre el trabajo de alguien, pero nada es más real que compartir el real entorno que envuelve a quien se encuentra detrás de las obras, conocer su espacio y -aunque casi como espectadores- hacernos parte de el.
Estuvimos con María José Carlier quien, a parte de hacer algunos diseños exclusivos para JOIA 42, también tuvo la amabilidad de recibirnos en su casa de Algarrobo, donde vive y trabaja. Allí incluso nos preparó algo de comer, nos presentó a su familia y nos llevó a sus lugares favoritos de la zona.