Kaili Smith, el futuro del arte que el mundo necesita
Aunque haya mostrado su talento en varias disciplinas artísticas, en la que más destaca y por la que es más reconocido el joven Kaili Smith (Holanda, 1995) es la pintura. Casi podemos sentir que sus fotos, videos, o instalaciones, son una forma de documentación de cara a obtener material para sus obras sobre el lienzo.
Aunque anteriormente, Kaili estaba más centrado en representar personas afectadas por las dinámicas de los desplazamientos migratorios y por la globalización cultural, la «bio» de su página web aclara cual es el enfoque presente del holandés: «el trabajo actual de Kaili examina la construcción social en torno a la ‘criminalidad juvenil’ y ofrece perspectivas alternativas a través de pinturas y películas. Su trabajo está influenciado por su educación y experiencias de niño, pero también por una comprensión cada vez mayor en psicología con la investigación del proceso de normalización de la conducta».



Esa influencia de la niñez hace referencia a haber vivido la mitad de su vida en Australia y la otra en Holanda, así como a los libros que su mamá francófona le leía cuando era pequeño. Kaili plasma estos entornos diversos y la gente que los habita, a veces afectados por ciertos niveles de delincuencia, de la que muchos tienen la aspiración de escapar, y algunos lo logran. De ese bagaje y contextos surgen series de pinturas como «El Pequeño Príncipe», «Europa o nada», o «Reflexión de nuestros tiempos».
Después de graduarse en Rotterdam en 2018 y debutar en la feria de arte Moniker en el Reino Unido, obtuvo una beca completa de la Parsons School of Design y, gracias a eso, ahora vive en Nueva York y se encuentra en la mitad de su maestría en Bellas Artes.



